Coca no es cocaína, la nueva estrategia del MAS

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“La coca no es cocaína”

El supuesto logro de la administración del presidente Evo Morales tiene principalmente dos antecedentes que apuntan el uso tradicional de la hoja de coca hace más de 20 años. En 1988 la Convención sobre Tráfico Ilícito de Drogas de las Naciones Unidas presidida por el ex canciller Guillermo Bedregal reconoció los usos tradicionales de la hoja de coca. Y en el Gobierno del ex presidente Jaime Paz Zamora (1989 – 1993) se abogó la aprobación del uso tradicional del recurso natural, ante la Cumbre Iberoamericana de Madrid de 1992. No se puede desconocer la campaña del entonces mandatario boliviano que llegó a repetir en varios foros internacionales el eslogan de que “una cosa es la cocaína, que es mala, y otra es la hoja de coca, que es buena y originaria” y su célebre frase “la coca no es cocaína”. Para justificar la campaña que recorrió por el mundo JPZ lucía en la solapa de sus elegantes trajes una insignia con la hoja de coca.

Consecuencias. Al finalizar su gestión de Gobierno en 1993 Jaime Paz Zamora fue perseguido por haber defendido el uso tradicional de la hoja de coca y más tarde él y la alta dirigencia de su partido, el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR), fueron sindicados por sus vínculos con el narcotráfico y algunos líderes históricos de esa agrupación política fueron encarcelados.

Estrategia del MAS. Una vez readmitida Bolivia en la Convención viene la tarea más difícil: revisar la Ley 1008 y definir exactamente cuánta coca se necesita en Bolivia para los usos tradicionales, no para otros productos de exportación, pues el arbusto de coca sigue siendo una sustancia ilícita de acuerdo a las convenciones internacionales en la materia y su exportación está prohibida, sea en estado natural o en derivados (pastas dentales, tónicos u otros). Es cierto también que en 1961 se hizo una salvedad en la Convención para que se permitiera a la Coca Cola el uso de la coca.