El boom del narcotráfico entre Bolivia y Perú

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La temible conexión que opera entre una recóndita población enclavada en la selva amazónica peruana y la pujante Santa Cruz de la Sierra en Bolivia.

 

Informes de inteligencia peruanos reportan la existencia de una enorme cantidad de pistas clandestinas de aterrizaje en las que operan avionetas que transportan cocaína entre Bolivia y Perú, países hermanos a los que ahora los une la conexión de bandas delincuenciales dedicadas a la comercialización de la droga. La policía peruana ha declarado en sus partes de inteligencia que Ciudad Constitución, un pequeño pueblo enclavado en la selva amazónica se ha convertido en un verdadero bastión del narcotráfico.

Pero porque un remoto pueblo en la selva peruana y distante a miles de kilómetros de Bolivia podría interesar a que se escriba una nota sobre sus actividades comerciales. De acuerdo a la revista peruana Caretas un informe de inteligencia de la Dirección Antidrogas (Dirandro), identifica la existencia en esa población de 44 pistas aéreas clandestinas. Ciudad Constitución se ubica exactamente en la cuenca de Pichis-Palcazú, una zona estratégica porque está situada entre el Huallaga y el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro. Todos estos nombres desconocidos para los bolivianos tienen una relación importante en la lucha contra las drogas como se verá más adelante.

Siempre de acuerdo a los partes de inteligencia de la policía peruana a los que tuvo acceso Caretas, entre enero y abril de este año, salieron 58 avionetas de Ciudad Constitución -a un ritmo estimado de 14 por mes- cargadas con unos 300 kilos de droga cada una, según la Dirandro. Esto significa una exportación total de 17,4 toneladas de estupefaciente.El año pasado fueron detectadas 59 avionetas que alzaron vuelo desde Pichis-Palcazú rumbo a Bolivia. Un negocio redondo.

La conexión: Santa Cruz de la Sierra

La Dirandro sostiene que las ‘narcoavionetas’ que aterrizan en Ciudad Constitución provienen en su mayoría de Santa Cruz, Bolivia. Usualmente salen de Bolivia a las 3 a.m., recorren 1,480 kilómetros aproximadamente y aterrizan en la selva central de Pichis-Palcazú a eso de las 7 u 8 a.m. En tierra permanecen apenas 10 minutos, tiempo durante el cual cargan la droga y emprenden el retorno.

El alquiler de una avioneta en Bolivia cuesta bajo estas condiciones unos US$60,000; los pilotos suelen cobrar US$ 20,000 por vuelo, pero los réditos son mayores: cada ‘narcovuelo’ deja una ganancia neta de US$ 300,000. Desde las pistas clandestinas de Pichis-Palcazú sale mayormente Pasta Base de Cocaína (PBC). La droga se procesa en Bolivia y de allí va a Brasil y a Europa, donde un kilo de cocaína puede tasarse en US$180,000.

La publicación peruana que basa sus informes de redacción en los partes de la policía peruana, da cuenta que Bolivia se ha convertido en un gran centro de acopio de PBC y es el país donde se “transforma” la mayor cantidad de droga en clorhidrato de cocaína pura. La Oficina de Inteligencia (Ofint) de la Dirandro, que dirige el coronel PNP César Arévalo, descubrió que los narcotraficantes empezaron sus actividades en Ciudad Constitución a fines del 2011.

Hoy estarían operando allí 18 clanes familiares, pero el negocio es dirigido desde Santa Cruz por cárteles mexicanos, de acuerdo a la Ofint. Por su parte el Gobierno de Bolivia ha negado reiteradas veces que en la ciudad de Santa Cruz operen los temibles carteles de droga mexicanos, pero esta nueva revelación es una demostración de que se encontrarían actuando en nuestro territorio.

Semanas atrás la cadena de televisión estadounidense Univisión aseguró en septiembre del 2011 que un hijo del capo mexicano Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán se había inscrito en una escuela de pilotos en Santa Cruz e incluso se estrelló en plena ciudad. “Para la Policía, el factor que hizo despegar el “puente aéreo” Santa Cruz-Ciudad Constitución es que los vuelos de interdicción están suspendidos desde que un avión A-37 de la FAP acribilló por error a un hidroavión Cessna 185, matando a la misionera norteamericana Roni Bowers y a su hija, en 2001″, denunció la reviusta Caretas en su edición 1713.

La Dirandro destruyó este año 40 pistas aéreas en Pichis-Palcazú, pero estas fueron rehabilitadas a los pocos días. La Policía boliviana ha ofrecido su colaboración a las autoridades peruanas, pero la frontera sigue siendo una singular coladera.

Usualmente salen de Bolivia a las 3 a.m., recorren 1,480 kilómetros aproximadamente y aterrizan en la selva central de Pichis-Palcazú a eso de las 7 u 8 a.m.

Bolivia se ha convertido en un gran centro de acopio de PBC y es el país donde se “transforma” la mayor cantidad de droga en clorhidrato de cocaína pura.