El nuevo mapa electoral boliviano

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Las elecciones subnacionales del domingo 29 se han convertido en un campo de disputa abierta para la oposición. Aunque el presidente Morales lo niega cuando afirma que no cree en las encuestas, lo cierto es que en palacio de Gobierno existe preocupación por el rendimiento de sus  postulantes. No sería la primera vez que el mandatario se pone al frente y sale a hacer campaña buscando apoyo para sus candidatos. Morales se ha reunido con juntas de vecinos y organizaciones sociales para pedirles su voto. El tema que más preocupa en el Gobierno es el bajo rendimiento de los candidatos del MAS en el departamento de La Paz que alberga un núcleo de apoyo importante a la gestión de Gobierno. El propio mandatario ha reconocido que Guillermo Mendoza y Felipa Huanca no han sido dos grandes elecciones. Mendoza, no concita la expectativa del electorado y la aspirante a la gobernación se ha debilitado electoralmente por el escándalo develado en el manejo de recursos del Fondo Indígena.

Ya en el resto del país tampoco las encuestas le favorecen al oficialismo. Una fuente reveló que la campaña electoral del oficialismo para ganar la gobernación del departamento de Tarija es pobre. Fue allí donde el viceministro de Gobierno Jorge Pérez irradió el descontrol al señalar que habría que “fusilar a los traidores” en alusión a masistas que están optando por otras candidaturas. El mismo ejemplo se repite en varias regiones del país. Se está hablando de que en las encuestas elaboradas por el Gobierno se pierde al menos en seis de las nueve sedes capitales municipales y que el rendimiento mejora con márgenes muy estrechos en el caso de las gobernaciones. Cinco de ellas pasarían a la oposición.

Con estos resultados se teme que por primera vez desde la abrumadoras victorias del MAS desde el 2005 se debilite el apoyo a la gestión presidencial. La instrucción que se ha impartido a los cuadros duros del MAS es que en la última semana que resta para la celebración de las elecciones se tripliquen los esfuerzos para sumar votos. Molares en persona ha ampliado la oferta electoral a nombre de sus candidatos. En La Paz ya se anunció la ampliación de otras seis nuevas rutas del exitoso teleférico, además de la construcción de complejos deportivos y sedes sociales para las juntas de vecinos. En los casos de Santa Cruz y Cochabamba se anunció millonarios proyectos para mejorar el transporte público con la construcción de modernos sistemas de comunicación como en las principales ciudades del mundo.

La situación en el Oriente

El Gobierno no parece estar dispuesto a perder apoyo en los departamentos del Oriente. La huelga de hambre que el candidato a la gobernación por el departamento del Beni, Ernesto Suárez ha instaló al frente de las oficinas del Tribunal Electoral en plena plaza Abaroa en La Paz, adelantándose a un fallo que lo dejó fuera de la carrera electoral, parece en el fondo una maniobra destinada a disminuir el riesgo a una nueva derrota; abre un escenario de dudas sobre los métodos para ganar la elección en el único departamento que en las pasadas elecciones generales voto en contra de la formula oficialista. La presencia en esa huelga de hambre del candidato a la reelección para la gobernación de Santa Cruz, Rubén Costa, demuestra el punto de inflexión en el que se encuentra el Gobierno, pero también conlleva serios riesgos en la estrategia de irradiar apoyos. La oposición parece perder de vista que mientras más ruido provocó esa protesta específica más duro el ensayo de una solución por la vía legal.

El mismo cuadro de disputa esta abierto en el país.