Obsesión por la vida. Crimen sin castigo

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Por qué son confusas y poco creíbles las teorías sobre la verdadera identidad del policía que victimó a la periodista de PAT Analí Huaycho.

Después de apuñalar a Analí, el teniente Jorge Clavijo salió de la vivienda de la familia Huaycho alrededor de las 22:30hrs en el auto Toyota color plomo que estaba registrado a nombre de la víctima. La señora Martha Hannover, madre de Analí, llegó al dormitorio de la pareja al escuchar los gritos de su hija pero no pudo detenerlo. Esa noche en la casa de los Hauycho se encontraban Analí, su madre y el hijo de ambos, Jorge Carlos. Vivian en departamentos separados pero en la misma vivienda. En la parte de adelante Jorge y Analí y atrás la señora Hannover y su pequeño nieto. El niño de 5 años fue testigo presencial de la discusión de sus padres antes de que Clavijo acuchillara a su madre con 15 certeros golpes que le cegaron la vida.

La primera reacción de la señora Hannover fue llamar al 110 pero no existen registros de que se comunicó con la policía. Ella misma en un  contacto con DATOS asegura que su nieto intentó varias veces comunicación con el 110 pero que la línea replicaba ocupada. La casa de los Huaycho está situada en El Alto. Llama la atención en las fuentes a cargo de la investigación de la Fiscalía, que los vecinos no hayan salido a defender a las víctimas del ataque como comúnmente ocurre en esa ciudad. De acuerdo a la versión de la madre de Analí, Clavijo fue demasiado rápido. Tomó las llaves de la movilidad y salió rompiendo las puertas del garaje. Fue imposible seguirlo. La sacudieron los gritos de su nieto. Cuando volvió al dormitorio su hija estaba tendida en el suelo ensangrentada. “Todo va estar bien, déjalo que se vaya”. Fueron sus últimas palabras.

Jorge Clavijo y Analí Huaycho se casaron en 2007. Al parecer, de acuerdo a varios testigos que conocieron a la pareja, el matrimonio no fue una tasa de leche. Existen denuncias de Analí por maltrato y finalmente optaron por separarse. El menor Jorge Carlos cumplirá en julio 6 años. De acuerdo a la versión de la señora Hannover la pareja decidió separarse hace aproximadamente un año. Sin embargo, sobre la separación también las versiones son contradictorias. Hay quienes aseguran que no vivían juntos, pero la madre señala que sí estaban nuevamente unidos viviendo en su casa. No recuerda con exactitud fechas. Afirma que desde que Jorge y Analí volvieron a convivir, su hija cambió radicalmente. “Hablábamos muy poco”. Recuerda que ambas tenían una relación excelente. Tampoco le gustaba la actitud del policía con quien mantenía contactos esporádicos.

La relación del matrimonio tampoco pasaba un buen momento. Habían dejado de pagar las expensas por la educación de su hijo. Antes de la tragedia Jorge Carlos le habría dicho a la abuela que sus padres no habían pagado su kínder. En el plano sentimental también tenían diferencias. Existen varias versiones sobre la relación que ambos mantuvieron cuando estaban separados. Cada uno trataba de rehacer su vida en pareja. Analí enamoró con un  periodista que murió hace un par de años de forma misteriosa. Clavijo también buscó una relación extramatrimonial. La señora Hannnover dice que en 2011 -sin precisar fechas-  Analí recibió una carta del abogado de Clavijo en la que le solicitaba volver a ver a su hijo. A partir de ese momento él la volvió a buscar. “La llamaba a la casa y no me gustaba”, dice la madre de Analí.

También las versiones sobre las horas posteriores al hecho de sangre son contradictorias. Las fuentes en la Fiscalía que investigan el hecho de sangre y la posterior fuga del teniente Clavijo, dicen que la denuncia se conoció casi tres horas después del incidente. Las mismas fuentes afirman que la policía recibió una denuncia que refería a dos mujeres heridas que del Hospital Holandés en El Alto salieron al Hospital de Clínicas de La Paz. Los uniformados acudieron a los dos lugares pero no las encontraron. Se dedicaron a buscar a las heridas pero no a Clavijo. El abogado de los Huaycho, Ernesto León, afirma que el tío de Anali, quien  fue contactado por la madre para que las socorriera, tuvo una rápida discusión con los policías de una movilidad del 110 que llevaba el registro A-8, como prueba de que la policía estaba al tanto del hecho unos 30 minutos después de consumarse la tragedia. Luego, siempre de acuerdo al abogado de la familia Huaycho, sentaron la respectiva denuncia en el Distrito Policial Tres de la ciudad de El Alto. Sin embargo, no existe registro de la denuncia en esa estación policial. Entretanto, existe la hipótesis de que Clavijo pudo haber fugado gozando de ciertos niveles de protección.

Analí Huaycho trabajaba hace “unos 4 años”, según la madre, en PAT. En la recapitulación que hace de su hija dice que nació el 6 de noviembre de 1976 en el Hospital Metodista de la zona de Obrajes de La Paz. “Era desde pequeña muy alegre”, confiesa la señora Martha Hannover. Cuando Analí tenía 19 años falleció su padre. Luis Roberto Huaycho murió en 1995. Fue un suceso que impacto en su vida. Desde el deceso de su padre ella comenzó a trabajar buscando su independencia económica. Estuvo desde joven relacionada con varias empresas en situación laboral. La señora Hannover recuerda que trabajó años en una comercializadora de oro en El Alto, luego en algún Supermercado pero que sus ganas de superación la llevaron a buscar su profesionalización. Curso Ingeniería, luego Derecho y finalmente optó por la carrera de Comunicación.

Egresó de la UMSA en 2002. Sin embargo, su vocación por la actuación, el teatro y la comunicación venía de antes. “Integró el elenco de teatro del profesor Orihuela”, dice la madre. Antes de unirse a PAT trabajó en Radio Batallón Colorados, en los canales de TV 4, 13 y en el estatal 7. También en algunas instituciones del Estado. En el departamento de prensa de los ministerios de Gobierno y Desarrollo Rural.

El impacto de la noticia

Un día después de la tragedia el caso impacto insospechadamente en los medios de comunicación. En la Fiscalía aseguran que Clavijo se fue a La Asunta esperando que la noticia sobre el crimen se desinflara. Pero esa versión es contrastada por el perfil del teniente Jorge Clavijo. Policía entrenado en la Unidad Táctica Táctica de Articulación, Reacción y Control de Crisis (UTARC) se sospecha que tenía amedrentadas a la señora Hannover y a su hija. Es posible que los vecinos de los Huaycho no hubieran socorrido esa noche a las heridas porque sabían que era mejor no meterse con él. No hay registros de llamadas del celular de Clavijo a sus compañeros de la UTARC. Fuentes policiales que prefieren mantener su identidad en el anonimato indican que la formación de un UTARC comprende cursos especializados sobre técnicas de inteligencia y contrainteligencia en las que se evalúa el entorno y las situaciones que rodean la relevancia de un hecho. Es decir, no creen la versión de que Clavijo no sabía el impacto que iba a provocar la noticia. Por otra parte, la perfil de Clavijo provocó un nuevo impacto cuando se supo que había participado en el operativo al hotel Las Américas en Santa Cruz en abril de 2009 y en acciones en las que se utilizó la violencia extrema para contener un supuesto estado de conmoción que buscaba desestabilizar el país a partir de la intervención de supuestos mercenarios para dividir Bolivia. Clavijo era un policía entrenado en adiestramiento táctico militar. La propia policía dejó deslizar la versión de que era una especie de “Rambo” capaz de poner en indefensión a las fuerzas de seguridad del Estado que lo buscaban “vivo o muerto”.

Si fuera cierta la versión de que Clavijo escapó a Los Yungas resulta incomprensible su elección de esconderse en La Asunta, a no ser, claro,  porque le ofrecieron protección. Geográficamente hablando La Asunta es un punto sin salida. En los últimos años esa región se ha convertido en una zona roja donde crecen cultivos excedentarios de coca para el narcotráfico. El Estado ha reforzado su presencia en la zona. El abogado de la familia Huaycho pone especial atención a la búsqueda declarada por el Ministerio de Gobierno y el Comando de la Policía para encontrar a Clavijo “vivo o muerto”.

Ernesto León asegura que es improbable que Clavijo haya llegado hasta La Asunta sin ser advertido en los cuatro retenes que la policía tiene montados antes de llegar al lugar. Empero, en la Fiscalía dicen que Clavijo pudo utilizar caminos alternos para no ser advertido. Sea como fuera, lo evidente es que gran parte de la ciudadanía opina que tras el crimen, nuevamente queda en la sensación de que los niveles de coordinación de la policía no funcionaron adecuadamente.

Veracidad de la información

No se necesita remontar muchos años. En febrero de 2012 los hermanos Peñasco que trabajaban en dos medios de comunicación en el El Alto fueron encontrados estrangulados. Unos siete días después de esa tragedia, que conmocionó al país entero, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, en una rueda de prensa presentó a los autores del doble crimen pero meses después se supo que no eran ellos los ejecutores de los Peñasco. En el caso que nos ocupa la actuación de las autoridades del Ministerio de Gobierno y de la Policía Nacional sembraron las mismas interrogantes. La maniobra para que la familia de la víctima no participe en la autopsia del cadáver y la curiosa presencia de los funcionarios del Instituto Legal Forense en el Ministerio de Gobierno para ponerle un candado a la información, son temas que refuerzan las dudas sobre la transparencia de la información.

El ministro Romero insistió en persona que sería el primer filtró de la información que se difundiría a los medios de prensa. Esa tendencia exhibicionista en este y en otros casos le restó seriedad a la investigación. En vastos sectores de la opinión pública con los que conversó DATOS todavía existen dudas en cuanto a la verdadera identidad del cadáver que fue presentado en cuadros  macabros y sin ningún escrúpulo para reforzar la versión oficial. Fuentes en la policía que pidieron el anonimato intentan descifrar el misterio. Opinan que en casos como este se manejan varias alternativas. Clavijo estaba preparado para sobrevivir en situaciones extremas. Las fuentes opinan que es factible que existiera un plan B.

Por órdenes de las autoridades encargadas de la seguridad del Estado, se imprimieron y mostraron afiches con la foto de Clavijo. Lo extraño, advierten policías del servicio pasivo consultadas por DATOS, es que no se fijó una recompensa como ocurre cuando se decide un plan de captura con la foto del prófugo expuesto en las paredes. El comandante de la policía curso una inédita invitación al teniente Clavijo para que llame a su celular de manera a tranzar su entrega. Todos estos elementos  comenzaron a inquietar a la opinión pública que seguía el caso paso a paso por los medios de comunicación.

En un allanamiento al domicilio de la hermana del policía Clavijo, las fuentes en la Fiscalía señalan que la formación ósea de los dedos del pie de los hermanos es impresionantemente similar. Una profesional en Biología con experiencia en trabajo de campo, observa que la descomposición del cadáver mostrado en imágenes de TV fue extremadamente rápida. A todo esto surge otra duda. Se dice que el comandante de la policía es cristiano y que para lavar su relación con el Creador se apuró en declarar el lugar un Campo Santo. La consigna “vivo o muerto”, tuvo su punto más alto cuando el propio encargado de la seguridad del Estado declaro que de acuerdo al análisis de laboratorio se determinó por 99.9999% que Clavijo está muerto. Esa exposición a la certeza casi absoluta es la que genera mayores dudas sobre la veracidad de la información.

 

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