Misoginia: sobre los desnudos publicitarios de Corimexo

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Publicidad de Corimexo desata la crítica de Mujeres Creando.

 

La campaña de Corimexo que por enésima vez se inclina por mostrar cuerpos de mujeres desnudas en sus campañas publicitarias, ha recibido una ola de críticas viscerales que apuntan a la “cosificación” de la mujer, su “idiotización” y la “domesticación” femenina.  Estos tres argumentos han sido explicados por la activista Maria Galindo del colectivo Mujeres Creando en los siguientes términos: “Hemos decidido la denuncia penal, por segunda vez, contra el spot de Corimexo por tres operaciones simbólicas denigrantes y violentas que contiene en todas sus versiones: la equiparación de la mujer al sillón, convirtiéndonos en cosas -cosificación-; la conversión de la mujer desnuda en un objeto ornamental, sin pensamiento, voluntad, deseo, ni libertad -la idiotizacion-; la conversión de la mujer en un objeto de complacencia sexual para el disfrute del macho ejecutivo y cliente principal -la domesticación-“.

A estos  argumentos le han seguido una seguidilla de improperios desde “frustrada”, “fea”, “fenómeno”, “feminazi” que no han dejado de circular en las redes sociales, en rechazo a los argumentos expuestos por la líder de la casa “Mujer de los Deseos” por sus críticas a la publicidad de la empresa cruceña. El delito del que acusan las activistas  a la mobiliaria, es por violencia mediática contra las mujeres, sustentado en la  Ley 348, respaldado por  un pronunciamiento de la ONU Mujeres, que entre sus partes sobresalientes dice que “ante los últimos acontecimientos que constatan la vulneración a los derechos de las mujeres y la flagrante violación e incumplimiento a las recomendaciones del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra las Mujeres (CEDAW), la Constitución Política del Estado, la Ley 348 y el Decreto Supremo 2145, ONU Mujeres, hace un llamado al cumplimiento de las normativas que sancionan la violencia simbólica y mediática”.

A pesar del planteamiento ampliamente difundido en los medios de comunicación, estos parecen sin validez ni importancia, como la misma Galindo señala. Los encargados de hacer cumplir la ley simplemente la ignoran o la desconocen. La comunidad virtual (fundamentalmente la de varones) rechaza a la recalcitrante “feminista” que no entiende “la naturalidad de admirar un buen cuero”. No faltan comentarios de aversión; en el fondo, porque ella rompe con el molde de la tradicional forma de pensar y actuar de una mujer y cuando se cruza esa línea, emerge, misoginia.