Refugiados de Cobija ahora sufren infecciones

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Tampoco durmió Nágela Borges, brasileña, mamá de la niña boliviana y que tiene una cabaña de madera enlodada hasta el techo en el barrio Mapajo, a donde fue el sábado a hacer limpieza. Nágela y Linda se insolaron, expuestas a ese penetrante olor a carne podrida de la mazamorra.

Ayer hacían cola para recibir atención en el puesto de médicos que se instaló en el coliseo Ernesto Nishikawa, a manos de Víctor Choquetijlla, uno de los 170 médicos que, según informó la ministra de Salud, Ariana Campero, están movilizados en cinco municipios de Pando: Bolpebra, Cobija, Provenir, Filadelfia y San Lorenzo.

“Anoche se han presentado algunos casos de problemas molares, gastrointestinales; asimismo, algunos hipertensos. También algunas heridas que se han hecho los pobladores al volver a sus casas. Lo que estoy viendo más frecuentemente son enfermedades de piel, micosis, plantar y heridas”, revela Choquetijlla, antes de marcharse para descansar sus desvelos.

De los 20 albergues habilitados en la ciudad, el Ernesto Nishikawa y el Coliseo La Peta, del Parque Piñata, son dos de los más grandes. Aun así, en su interior, ambos lucen como miniatura de urbanizaciones de hogares sin paredes, apretados, hacinados, donde un vecino ve al otro desde su colchón y viceversa.

“Sí, hay hacinamiento acá, hay problemas de la piel, micosis. En este caso, porque están viviendo hacinados y son propensos a ‘reinfectarse’ entre sí”, explica Álvaro Quiroz, médico de la brigada municipal móvil que atiende en el albergue La Peta a ancianas hipertensas y chicos con comezón.

Todo el cuerpo les pica. Todo el que ha tenido contacto con el turbión, médicos y rescatistas incluidas, llevan escoriaciones en la piel como tatuajes del desastre de 2015. Comezón en la espalda, en las piernas, en el brazo.

Tampoco es menor la presión moral. Muchos adultos han sufrido hipertensiones y males del corazón por culpa de la angustia de ver sus casas, sus cosas y el trabajo de toda una vida bajo un ‘agua mala’, diría la escritora argentina Josefina Licitra.

Buscan sitio para reubicar

El Gobierno inició la búsqueda de terrenos aptos para construir viviendas sociales para familias damnificadas de Cobija, donde algunos barrios fueron inundados por el río Acre.

El ministro de Defensa, Jorge Ledezma, explicó que una brigada de topógrafos sobrevuela la ciudad con el objetivo de identificar suelos aptos y alejados del río Acre, que bajó a su caudal normal en las últimas horas, pero dejó enlodadas varias zonas.

En declaraciones a los medios de comunicación, Ledezma dijo que tras confirmarse el descenso de las aguas en Cobija, muchas familias están retornando a sus casas, aunque se pide que no lo hagan quienes viven en suelos bajos y cercanos al río

Acre para evitar más damnificados en próximos años. “Vale decir, principalmente en el barrio Mapajo y Cataratas, quizás otro barrio más, porque esto será un círculo vicioso”, consideró.

Insistió a que la Alcaldía de Cobija debe garantizar terrenos en las alturas para que con el Viceministerio de Vivienda se comience la construcción de casas.