Relaciones Brasil – Bolivia en la era Bolsonaro

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Foto: AFP

Al mes de agosto de este año, el 96% de las exportaciones de Bolivia a Brasil corresponden a volúmenes de gas natural que han ido reduciéndose en el último periodo debido a la falta de capacidad del mercado gasífero para cubrir los requerimientos de la principal potencia económica latinoamericana. De acuerdo a un informe del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), un 4% del total corresponde a urea, boratos de sodio y plata. El gas natural sigue siendo el principal producto de exportación del país, y en 2016 y 2017, la caída del precio internacional de petróleo afectó a la balanza comercial con Brasil con un saldo negativo de US$ 232 millones en contra de Bolivia.

La balanza comercial con Brasil, de 2013 a 2017, sin tomar en cuenta las ventas de gas natural, sería deficitaria en más de US$ 1.400 millones por año y las exportaciones se mantendrían por debajo de los US$ 100 millones, de acuerdo al IBCE. En tanto que de los más de 3 mil productos importados por Bolivia de Brasil destacan las barras de hierro US$ 80 millones, seguido de las turbinas de vapor con US$ 53 millones, además de preparaciones compuestas para vehículos y polipropileno.

Analistas económicos con los que conversó dat0s tras el triunfo electoral de la ultraderecha brasileña no se mostraron dispuestos a hablar respecto al comercio del gas, pero sin demostrar demasiado optimismo confían que “negocios son negocios” y que estos seguirán impulsando la agenda entre los dos países. Otro de los puntos consultados hizo referencia al comportamiento que deben mantener ambos Gobiernos en la necesidad de establecer marcos de negociación que permitan un intercambio fluido en materia comercial. Los consultados expresaron la necesidad de replantear la política exterior que a veces depende de la amistad que deriva en la capacidad de hacer buenos negocios.

Las fuentes consultadas si bien destacaron la capacidad del presidente Morales de proyectar la economía nacional, expresaron la necesidad de que sus relaciones con los gobiernos que han asumido en Chile y Argentina visiblemente conservadores y, en el caso de Brasil contrario a la izquierda que él representa, permitan reconducir sus acciones para seguir impulsando el desarrollo. Si bien el presidente Morales saludó el triunfo de la ultraderecha brasileña, los analistas indicaron que Bolivia deberá mantenerse muy expectante ante lo que vaya a ocurrir en el gigante latinoamericano, sobre todo como consecuencia de la desacertada conducción de la política exterior. “El tono debe ser más conciliador”, precisaron las fuentes consultadas.

 

Mercado para la urea

Por otro lado, se sabe que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) exporta 335 mil toneladas de urea por año a Brasil. A pesar de la caída internacional del precio del fertilizante, ese país se ha convertido en uno de los mercados más importantes para la venta del producto. “Este es otro hecho que demuestra que los negocios no tienen fronteras; las expectativas deberían ser realistas porque Bolivia tiene un mercado limitado a las decisiones que otros gobiernos podrían tomar para descomponer el clima que ya no es tan favorable para la economía regional por la caída de los precios de nuestras materias primas”, precisaron los analistas económicos.

Bolivia continuará las negociaciones de la venta del gas y de urea con empresas y las nuevas autoridades brasileñas. “Es por esto que se deben manejar nuestras relaciones con mucho tino y destreza, sin pasiones para evitar cerrarnos puertas en un mundo altamente competitivo no podemos pelear con los vecinos aunque tengan otra ideología”.

Bolivia tendrá que negociar el nuevo contrato de gas con Jair Bolsonaro. “Creo que Brasil nos va a seguir comprando gas, pero la negociación va a ser difícil, los precios van a ser diferentes, las cantidades van a ser diferentes y el ambiente político va a ser muy hostil hacia Bolivia”, dijo el analista Gonzalo Chávez. Todos coinciden en que el Gobierno del presidente Morales coloque los intereses nacionales por encima de posiciones políticas e ideológicas.