Un fin de año negro para Petrobras, la joya de la corona

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El año termina negro para la mayor empresa de Brasil, la petrolera estatal Petrobras, tras unas denuncias de corrupción colosales, sobornos millonarios y balances sin auditar, y en medio del desplome del precio del barril de crudo.

Recién reelegida, Dilma Rousseff se enfrentaba al dilema de renovar o no el directorio de Petrobras para restaurar su credibilidad. La mandataria renovó su confianza en la presidenta de Petrobras, Graça Foster, aunque adelantó que realizará cambios en el consejo de administración de la mayor empresa del país.

Incluso el fiscal general de Brasil, Rodrigo Janot, llegó a reclamar una renovación debido al “escenario desastroso en la gestión de la compañía” que tiene al Estado como accionista mayoritario y que emplea a casi 80.000 funcionarios, mientras nuevas denuncias se suceden a diario en la prensa.

La propia Foster y todos los directores de Petrobras serán investigados por expertos independientes. Los investigadores fueron contratados para que “entren en sus armarios, den una ojeada a todos los papeles, lleven su ordenador, su iPhone, su iPad. Y eso es muy bueno, es una investigación independiente, es apolítica”, estimó Foster.

Una reciente caricatura en la portada del diario O Globo mostró a Rousseff sentada sobre un barril de petróleo con una mecha encendida.

El escándalo estalló unos meses antes de las elecciones presidenciales de octubre, en las cuales Rousseff fue reelegida por estrecha mayoría. La llamada operación ‘Lava jato’ (‘Lavado rápido’) desveló desvíos en la petrolera por cerca de 4.000 millones de dólares en una década.

Al menos 36 personas, la mayoría altos ejecutivos de las principales constructoras brasileñas, acusados de formar un cartel que se repartía contratos en Petrobras, será juzgado. Políticos de tres partidos, incluido el Partido de los Trabajadores (PT, en el poder hace 12 años), han sido implicados en el escándalo, pero hasta ahora ninguno fue acusado formalmente.

– “Inyección de confianza” –

La desconfianza en Petrobras se ha reflejado en la caída de sus acciones, no solo en Brasil, sino en Estados Unidos, donde cotiza en Wall Street. Recuperarla implica renovar el directorio, insisten algunos expertos.

“Si Dilma coloca [en la presidencia de Petrobras] a alguien del mercado, a algún ejecutivo, una directiva seria, técnica y no política, va a tener la inyección de confianza que necesita”, dijo a la AFP el analista financiero André Leite, de TAG Investimentos.

Petrobras respondió a las denuncias con la creación de una nueva dirección que se encargará de hacer cumplir la ley, así como con decenas de medidas para mejorar la gobernanza.

Paulo Roberto Costa, el exdirector de Abastecimiento de Petrobras, quien presuntamente recibió millonarios sobornos, y el empresario Alberto Youssef, que ofrecía empresas de fachada para lavar el dinero de los sobrepagos, colaboran con la justicia a cambio de una reducción en sus penas.

Aunque entre los involucrados citados por acusados figuran el tesorero y otros integrantes del PT, hasta ahora no hay pruebas del involucramiento de Rousseff, que llegó a presidir el consejo de administración de Petrobras cuando era ministra de Energía de Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010).

El juicio por este escándalo “no tendrá un efecto negativo sobre Dilma, sí sobre el PT”, explicó a la AFP Carlos Alberto Alkmim, de la Universidad Católica de Río (PUC). Pero si hay políticos imputados -Costa dijo que habían “decenas” involucrados, incluidos ministros y legisladores-, podría comenzar un segundo gran juicio por corrupción en el Tribunal Supremo similar al del ‘mensalao’, que llevó a prisión a exaltos jerarcas del PT por comprar votos en el Congreso.

– Del orgullo a la vergüenza –

En Nueva York, unos inversores denunciaron a Petrobras ante la justicia por ocultar información a accionistas minoritarios de la empresa. La SEC, regulador del mercado en Estados Unidos, también investiga. Los demandantes reclaman una indemnización por “pérdidas y daños” sufridos por el desplome de los títulos de Petrobras, que han caído a la mitad de precio en tres meses.

“La gran amenaza sobre la caja de la empresa está en esa acción colectiva en Estados Unidos”, dijo Leite, recordando que procesos similares han terminado con multas de hasta 7.000 millones de dólares.

Y todo esto cuando la empresa requiere inversiones por 82.000 millones de dólares hasta el 2018 para la explotación de sus riquísimos yacimientos en aguas ultraprofundas (presal), en medio de la caída de casi el 50% del precio internacional del crudo en los últimos seis meses.

La empresa aún no ha presentado los resultados del tercer trimestre.

La agencia de calificación financiera Moody’s colocó en revisión a la baja la nota de la deuda de Petrobras que, de descender de su calificación de ‘Baa2’, quedaría a sólo un nivel de perder el grado inversor. Fitch indicó recientemente que podría hacer rebajar también la nota de la petrolera.

“Petrobras pasó de ser el orgullo a ser la vergüenza de Brasil”, lanzó Leite.