Empujones Supremos

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El título de este  espacio podría ser el postre que ofrece el menú del Tribunal Supremo Electoral.

El 2014 marca límites y fechas clave para quienes decidan competir en la vertiginosa carrera electoral. El cuadro se pinta de colores ocres y habrá que tener cuidado en lo que se dice. Esto  tiene a colación de la actitud de instituciones que se han puesto un peso innecesario en las espaldas, costumbre que ha hecho carne en el país a modo de cuidar los logros de la actual gestión.

El TSE ha prohibido hacer proselitismo hasta que no dé la orden oficial de convocatoria. Más allá de actuar en un terreno arenoso, resulta insólito el hecho de que el cumplimiento de esa determinación sea como el embudo: ancho para algunos y estrecho para quienes pretenden competir en la carrera electoral. Se colige que el Gobierno no la tiene fácil y se la hacen más difícil a la oposición. A pocos días de esa decisión, las autoridades no han cesado de entregar obras que se constituyen en espacios abiertos, una vulneración a esa norma. Empero, esto no dejará de suceder. Y así en menor o mayor tamaño la determinación es injusta y difícil de   aplicar si quienes entregan beneficios lo hacen porque sí deben hacerlo cumpliendo la letra muerta de sus funciones. Será un año de regalos. Pero si van tan bien las cosas en materia económica, como asegura el Gobierno, no se deberían recurrir a empujoncitos que levantan sospechas sobre la popularidad del actual esquema.