Homenaje a Charbonnier

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En la anterior edición dat0s presentó a sus lectores el recorrido de 15 años de la revista con una colección de todas las tapas publicadas en el transcurso de todos estos años. Como sucede con las grandes revistas, dat0s gira en torno a los sucesos más impactantes que sucedieron en el país y en el mundo con marcadas excepciones, a lo largo de todo este tiempo. Sin tener idea del ataque contra el semanario francés Charlie Hebdo el pasado 7 de enero, varios medios mostraron las controvertidas tapas del semanario que a la larga originaron la cobarde reacción de los radicales musulmanes matando a la plana mayor del  semanario.

Haciendo un paralelo con la función de la prensa, en todos estos años, en los que dat0s se dedicó a la investigación, soportamos una serie de ataques muchos realizados por nuestros  propios colegas (sin justificativo aparente) y de otros grupos de poder políticos y económicos. Todos se parecen mucho aunque dicen defender el derecho a la libertad de expresión. El ataque es la salida en el que se refugian quienes vulneran ese derecho; estos con las armas, los otros con el dinero y hay los que se escoden también con la palabra y la permisibilidad.

Después de la Segunda Guerra Mundial, en EEUU se utilizaba como medida del grado de la libertad de expresión que circulara una revista nazi. La conocida frase: “No estoy de acuerdo con lo que dice pero  defiendo su derecho a decirlo”. Personalmente, me siento más identificado con esa forma de resiliencia que tiene el humor cuando lucha por causas nobles. Fueron incontables veces desde 1999 cuando apareció el primer número de la revista hasta nuestra última edición de enero de 2015, que nos ganamos ataques no con armas pero apuntando casi siempre lo que uno más quiere: la familia. Por eso el editor de Charlie

Hebdo, Stephane Charbonnier decía “no tengo hijos ni esposa. No tengo un carro ni tengo crédito. Puede sonar pomposo pero prefi ero morir de pie que vivir de rodillas”. Hasta la tarde del 7 de enero en el que dos fundamentalistas islámicos lo mataron junto a la plana mayor del semanario.

El papel de los medios es el compromiso con la verdad y para que esta llegue a modo de contenido en forma de humor debe pasar varios fi ltros. En un reportaje a Julian Assange a la pregunta sobre la construcción de la subjetividad, Assange respondió: “… son generalmente los comediantes los que crean sentido, porque el poder puede presionar a algunos periodistas. Pero los comediantes tienen una excusa para romper con esto, porque ellos pueden decir ‘fue sólo una broma’.

En los periódicos es generalmente el caricaturista quien tiene realmente permitido meterse en la esencia  del tema”. Es cierto porque  la denuncia escrita adquiere otro peso. Albert Camus decía que “hay una ambición que deberían tener todos los escritores, ser testigos y gritar cada vez que se pueda y en la medida de nuestro talento por quienes se hallan en servidumbre”.

Sería largo recorriendo  enmarcar en 174 publicaciones las que provocaron reacción o que derivaron en persecución, represalias y/o amenazas, vulnerando el derecho a la libertad de prensa. Pero en el caso del ataque contra Charlie Hebdo no es la libertad de prensa sino la de expresión la que fue atacada. Charlie Hebdo no hacía periodismo pero la libertad de expresión trasciende en mucho al periodismo.