El delator que pone en aprietos al gobierno interino en Brasil

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Foto: AFP/Getty

Sérgio Machado ha tenido varias facetas a lo largo de su carrera: fue político, ejecutivo petrolero… y ahora es un delator que tiene en aprietos al gobierno interino de Brasil, involucrando a su presidente Michel Temer en un colosal escándalo de sobornos.

La denuncia de este empresario obsesionado con las grabaciones ocultas, hecha en el marco de un acuerdo con la fiscalía para reducir su pena, es la primera que vincula a Temer con los desvíos de dinero de la petrolera estatal Petrobras.

El mandatario interino, que desde el mes pasado reemplaza a la presidenta suspendida Dilma Rousseff, se apresuró a rechazar la acusación después que la justicia la hiciera pública este miércoles.

Es absolutamente falsa la versión de que (Temer) habría solicitado recursos ilícitos al expresidente de Transpetro Sérgio Machado“, señaló un comunicado de la secretaría de comunicación de la Presidencia.

Agregó que Temer mantenía con Machado una relación “apenas formal y sin ninguna proximidad”.

Pero según analistas, el testimonio del exejecutivo de 69 años, que incluye relatos de sobornos a más de 20 políticos de cinco partidos además del de Temer, complica a un presidente y un gobierno que aun buscan afianzarse.

“Impacta al gobierno de Temer, sí, porque impacta a los partidos que lo apoyan”, dijo David Fleischer, profesor emérito de ciencia política en la Universidad de Brasilia, a BBC Mundo.

“El sistema”

Machado ya ha demostrado con hechos el daño que puede ocasionarle a la administración interina de Brasil.

Las grabaciones secretas que realizó en charlas íntimas con políticos, para ofrecerlas como parte de su trato con los fiscales, ya provocaron la caída de dos ministros de Temer a pocos días de asumir.

Los audios indicaron que Romero Jucá, un allegado al presidente interino que era ministro de Planeamiento, y Fabiano Silveira, a cargo de Transparencia, buscaron parar la devastadora investigación de sobornos en la petrolera estatal Petrobras.

Machado es considerado un buen conocedor de ese esquema de pagos ilícitos por parte de empresas a cambio de contratos, ya que entre 2003 y 2014 presidió Transpetro, una gigantesca subsidiaria de Petrobras que realiza diversas tareas logísticas.

Llegó a ese cargo luego de ser congresista, indicado por el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) de Temer, y salió del mismo cuando su nombre comenzó a sonar en las investigaciones de desvíos de fondos de la empresa estatal.

En su despacho del centro de Río de Janeiro, se dice, solía haber un aparato para bloquear teléfonos celulares y música ambiental, de modo de evitar que lo allí conversado pudiera grabarse o filtrase al exterior.

Y tenía mucho para ocultar, de acuerdo a lo que él mismo ha declarado a los investigadores.

En una parte de su delación de 400 páginas, constató BBC Mundo, Machado dijo que los políticos lo buscaban para pedirle donaciones, sabiendo que el dinero que obtenían provenía “de empresas que tenían relación contractual con Transpetro”.

Conocían el funcionamiento del sistema” de corrupción “aunque la palabra soborno no fuese dicha”, sostuvo según la transcripción.

Señaló además que los sobornos los pagaba mediante donaciones electorales oficiales, pero en algunos casos también con dinero en efectivo.

Una charla reservada

Machado declaró que en un encuentro con Temer en la base aérea de Brasilia, probablemente en septiembre de 2012, habló con el entonces vicepresidente sobre una donación para la campaña de Gabriel Chalita como candidato a alcalde de São Paulo.

Precisó que el monto acordado fue de 1,5 millones de reales, unos US$430 mil al cambio actual.

“El contexto de la conversación dejaba claro que lo que Michel Temer estaba ajustando con el deponente era que éste solicitase recursos ilícitos de las empresas que tenían contratos con Transpetro en la forma de donación oficial para la campaña de Chalita”, sostuvo Machado según el documento.

El líder del Senado, Renan Calheiros, el expresidente brasileño José Sarney y el exministro Jucá son otros políticos del gobernante PMDB acusados por el exejecutivo de pedir donaciones multimillonarias.

Los tres niegan haber actuado de ilegalmente y esta semana un ministro de la Corte Suprema rechazó un pedido de la fiscalía para arrestarlos por indicios de que intentaron obstaculizar las investigaciones en Petrobras, surgidos de las grabaciones de Machado.

El delator también acusó de cobrar sobornos al actual ministro de Turismo, Henrique Alves, al excandidato presidencial socialdemócrata Aécio Neves y a políticos del Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff.

Los mencionados también han rechazado las denuncias.

Los escándalos del gobierno interino han ofrecido esperanzas a la presidenta suspendida de lograr los votos que necesita en el Senado para ser absuelta de la acusación de que maquilló el déficit del gobierno usando fondos de bancos públicos.

No obstante, los analistas consideran que las chances de Rousseff volver a la presidencia son mínimas, ya que su propio partido está debilitado por casos de corrupción.

Pero aún es incierto el efecto real que tendrá en la administración de Temer la delación de Machado, quien también se comprometió a devolver a las arcas públicas el equivalente a US$21,5 millones para disminuir su condena.

“El problema de Sérgio Machado es que su delación es verbal y todavía no produjo documentos para comprobar sus delaciones”, dijo el politólogo Fleischer.

“Eso sería una fase posterior”.