El hijo de Pablo Escobar cuenta los chantajes de la DEA

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Es sabido que la oficina antidroga de los Estados Unidos, más conocida por sus siglas en inglés DEA, se encargó durante los turbulentos años 70 y 80 de combatir al narcotráfico cuando se encontraba en su auge en Colombia a la cabeza de temibles organizaciones criminales entre ellas el Cartel de Medellín comandada por el temible Pablo Escobar.

En una reciente entrevista desde Buenos Aires donde radica en la actualidad junto a su familia el hijo del capo del narcotráfico colombiano Juan Pablo Escobar contó que él y su familia sufrieron chantajes de la DEA tras la muerte de su padre en busca de un refugio seguro donde vivir. “Pretendían que escribiéramos que el ex presidente peruano Alberto Fujimori agradeció a mi padre un supuesto financiamiento”. El hijo de Pablo Escobar, aseguró en la misma entrevista que la DEA intentó chantajear a su familia para que dijera públicamente que el expresidente peruano Alberto Fujimori y su exasesor Vladimiro Montesinos hicieron negocios ilícitos con su padre.

El primogénito del mayor criminal de la historia de Colombia adelantó que esta es una de las revelaciones incluidas en su libro “Pablo Escobar: Mi Padre”, publicado por la editorial Planeta y que salió a la venta a fines de 2014 y que aun no se lo puede encontrar en las librerías del país. Ese ofrecimiento, según Juan Pablo Escobar, fue a cambio de que la esposa y los dos hijos del que fuera jefe del cartel de Medellín obtuvieran visas para salir de Colombia tras la muerte del capo y pudieran vivir seguros en Estados Unidos.

“Pretendían que escribiéramos unos párrafos en un libro donde se acusara a Montesinos de actividades de narcotráfico y a Fujimori de haber tenido conversaciones con mi padre en agradecimiento por un supuesto financiamiento de su campaña política”, dijo el hijo del mafioso que busca en este libro evitar que vuelvan a ocurrir cosas tan dramáticas en su país.

En concreto la DEA pidió a la viuda e hijos de Escobar que dijeran que habían visto con sus propios ojos a Montesinos en la Hacienda Nápoles, la mansión del narcotraficante en Colombia, y que este había hablado por teléfono con Fujimori, entonces presidente de Perú, quien gobernó entre 1990 y 2000.Tanto Fujimori como Montesinos están encarcelados por corrupción y delitos de lesa humanidad.

“Nosotros estábamos necesitados de visa y de poder abandonar el país para salvaguardar nuestras vidas, era una oferta muy generosa, ningún país nos quería recibir, pero nos pidieron mentir sobre personas que no conocíamos”, aclaró. Agregó que aquello le pareció tanto a él como a su madre “una falta de respeto”.

La versión de su tío

Juan Pablo o Sebastián Marroquín, el nombre que adoptó este hombre durante 20 años para sobrevivir, aclaró que años después su tío Roberto Escobar, alias “Osito” y hermano del capo, escribió un libro en el que detallaba esa supuesta relación de Pablo con Montesinos y Fujimori, una historia que ocupó páginas en la prensa internacional.

Así, Juan Pablo acusó a su tío Roberto de haber trabajado para la DEA y de traicionar a la familia: “Nos sorprendió que mi tío participara en la publicación de esa información y que eso desencadenara la renuncia del presidente Fujimori”, puntualizó. Asimismo reveló que tras la muerte de su padre se llegó a reunir con el que fuera jefe de la DEA en Colombia Joe Toft por mediación de su tío. “Sí, yo llegue allí (a la embajada de EE.UU.) porque estábamos en esa búsqueda desesperada de salir del país, habíamos visitado legaciones diplomáticas pidiendo refugio, auxilio, pedimos al Vaticano, a la Cruz Roja Internacional, a la ONU, pero nadie nos escuchó”, manifestó. “Yo estaba desesperado porque sabía que mis minutos estaban contados, le pedí ayuda para salvar la vida de mi hermanita, mi madre y mi persona. Me dio (su tío) un código (Triple A) con el que me recibieron en la embajada de los Estados Unidos, entonces hablé con el jefe de la DEA”, afirmó.

“Fue una pesadilla”, afirma Juan Pablo, hoy de 37 años y quien en aquel momento era un adolescente de 16 años amenazado de muerte por los enemigos de su padre ya muerto. Allí comenzó un peregrinaje de la familia por distintos países que terminó en Argentina, donde Juan Pablo vive actualmente con su esposa, su hijo de dos años, su madre y su hermana menor.