Fuego cruzado entre ONU e Israel

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La ONU dijo que le había dado al ejército israelí las coordenadas precisas del refugio. Israel contestó que se le había provisto una tregua a la ONU para que la Cruz Roja pudiera llevar adelante una evacuación de los civiles.

Yusuf al Shinwari estaba cada vez más preocupado por los ataques militares cerca de la escuela de la ONU, donde él y su familia se habían refugiado. Se sintió aliviado enormemente cuando se les dijo que evacuaran. Pero, antes de que eso sucediera, el edificio fue alcanzado por fuego de artillería, matando a cinco miembros de su familia. El niño, de 13 años de edad, está en el hospital con heridas graves en las piernas. Ha perdido a su madre Felastin, de 36 años, sus hermanos Ali y Abid, de 10 y 17 años de edad, su hermana Mariam, de 14, y su tía Fátima, de 48 años. A su hermana de 15 años de edad, Manor, se le tuvieron que amputar las dos piernas y un primo, Ikran, 23 años, sufrió graves lesiones en la cabeza.

Los Shinwari se encontraban entre las 16 personas que murieron y 200 que resultaron heridos en el ataque del jueves al refugio en Beit Hanoun. El número de bajas para los palestinos ahora se sitúa en 832 muertos, según las autoridades de salud en Gaza, y 5400 heridos, con un alto número de niños en ambas categorías. La ONU declaró que la gran mayoría de las víctimas habían sido civiles. Sin embargo, entre los fallecidos en los ataques aéreos durante la noche estaba Salah Hassanein, líder del consejo militar de la Jihad Islámica, y dos de sus hijos.

El padre de Yusuf, Shaiba, murió hace dos años. El niño y sus hermanos no tienen casa para ir cerca de la frontera con Israel -fue destruida después de que se fueron-. No tienen dinero para alquilar; un conocido había aceptado que ellos compartieran un apartamento, “Pero no sé cuánto tiempo vamos a ser capaces de quedarnos allí, mis hermanos mayores decidirán”, dijo. “Pienso en mi madre, en los otros. Yo sigo pensando que todos hubiéramos estado bien si hubiésemos ido a otro lugar a quedarnos.”

“Estábamos sentados alrededor de una mesa en el patio afuera, queríamos irnos tan pronto como fuera posible; estábamos esperando los autobuses. Hubo tres, cuatro explosiones, fui tirado al suelo. Supe lo de mis hermanos después”, dijo.

La matanza de la escuela en Beit Hanoun, donde cientos se habían refugiado de la feroz violencia en la zona, ha provocado una gran preocupación internacional al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y Valerie Amos, jefa de ayuda humanitaria de la organización, que condenaron enérgicamente el ataque.

Las acusaciones y recriminaciones entre la ONU y los militares israelíes continuaron en el terreno. Hoy un equipo de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (Unrwa), incluyendo un experto internacional en armas, que fue a la escuela tuvo que interrumpir la visita debido a los disparos en la zona. “El ejército israelí había sido notificado anticipadamente sobre la composición del equipo, la hora y el propósito de la visita. La misión tuvo que ser interrumpida y el equipo se vio obligado a abandonar la zona después de los disparos alrededor de la escuela”, dijo Chris Gunness, de la Unrwa. “Nuevamente subrayamos nuestro pedido de una investigación inmediata y exhaustiva.”

El jueves, Gunness había insistido en que “se le habían dado formalmente al ejército israelí las coordenadas precisas del refugio. A lo largo del día, Unrwa trató de coordinar con el ejército israelí una tregua para que se pudieran ir los civiles. Pasamos la mayor parte del día tratando de negociar una tregua para que los civiles, incluyendo a nuestro personal, pudieran salir; eso nunca se les concedió”.

Los militares israelíes inicialmente sugirieron que los cohetes de Hamas pudieron haber sido responsables de la carnicería. Más tarde, un portavoz dijo: “No podemos confirmar si esta tragedia se produjo a causa de nuestra respuesta a los terroristas que nos apuntaron sobre esta área o del fuego de Hamas”. Después de eso declaró en un tuit: “Hoy Hamas continuó disparando desde Beit Hanoun. Las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) respondieron apuntando a la fuente del fuego”.

Los israelíes también dijeron que se le había provisto una tregua a la ONU para llevar a cabo una evacuación. Decía, en otro tuit: “Anoche le dijimos a la Cruz Roja que evacuara a los civiles de los refugios de la Unrwa en Beit Hanoun entre las 10 y las 14 horas”. Unrwa y la Cruz Roja recibieron el mensaje. El motivo por el cual esto no fue usado, según el ejército, fue que “Hamas impidió que los civiles evacuaran el área durante la tregua que les dimos”. Esto fue negado por la ONU, la Cruz Roja y Hamas.

El ritmo creciente de los ataques aéreos y de artillería de tanques provocó, de hecho, que algunas de las personas en el refugio se fueran el día anterior. Safia Hamed, de 55 años, se contaba entre ellos. “Había disparos que daban en los pisos superiores e hizo que algunas de las familias bajaran a los pisos inferiores. Fue entonces cuando decidí que era hora de irse. Fuimos a otra escuela en Jabaliya, pero mi hijo se negó y mire lo que pasó”. Ataf Rafiq Hamad, de 30 años, estaba en una sala del Hospital Kamal Udwan en Beit Lahiya, con lesiones en los pies. “Mi madre estaba muy preocupada, hubo daños a los pisos superiores y ella pensó que esto ocurriría en la planta baja también. Un buen número de personas se fue y, por supuesto, estuve de acuerdo con ella en que debía irse. Yo no me fui porque Jabaliya también podría llegar a ser peligroso y también porque yo era uno de los que limpiaba la escuela, yo no quería defraudarlos.”

Hay señales de daño de metralla en las casas alrededor de la escuela de la Unrwa. Ashraf al Batus mostró cómo una ráfaga había destruido el segundo piso de su casa. “Esta era la habitación que compartían mis dos hijas; por suerte las había enviado lejos con mi esposa a la ciudad de Gaza”, dijo. “Con todo el bombardeo era obvio que habría muchos muertos si el lugar era alcanzado. Pero a los israelíes no les importa cuánta gente matan, no tienen humanidad, no son gente normal.”

Hussein, 21, uno de los hermanos Shinwari que sobrevivió, recordó que la familia había ido a la escuela en Beit Hanoun después de que les dijeran que era el único seguro en la zona. “No-sotros vivíamos cerca de la frontera y los israelíes nos dijeron que nos fuéramos. La Unrwa vino y dijo que habían hablado con los israelíes y luego nos dijeron que fuéramos a la escuela. Había otras, pero nos dijeron que podían ser demasiado peligrosas. Pero los israelíes disparaban a todo alrededor de la escuela, por lo que se convirtió en un lugar muy peligroso.”

El doctor Bassam al Masri, jefe del departamento de ortopedia de Kamal Udwan, estaba entre el equipo que trataba a los heridos de la escuela de la Unrwa. “Mi casa está justo al lado de la escuela. No sé qué le sucedió desde que me fui con mi familia”, dijo. “Nada me debería sorprender después de lo que ha estado pasando, pero aun así me shockeó bastante que dispararon contra un refugio. He sido médico durante 12 años y esta guerra es mucho peor que la de hace dos años, e incluso que la de 2008. Esta vez no puedes evitar ser atacado, si uno sale de su casa no hay escape, ninguna escapatoria para nada”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.