2013: año clave para América Latina

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2013 es un año cargado de simbolismo para la región. En América Latina se celebra el 35 aniversario del inicio de la Tercera Ola Democrática y constituye una década de importantes avances tanto en el ámbito económico como en el social, todo ello acompañado de una reducción significativa de la pobreza y de la desigualdad (esto último sólo en algunos países).

Por tanto, se proyecta como un año preñado de oportunidades y también de desafíos, en un doble sentido: por la importancia de su agenda electoral y por la manera en que evolucionen, entre otros, cuatro procesos claves.

Agenda electoral

Cuatro elecciones presidenciales generales están oficialmente agendadas. Sin embargo, podrían llegar a ser cinco, dependiendo de cómo evolucione la salud del presidente Chávez. En términos políticos, 2013 arrancó con la misma interrogante con que cerró 2012: ¿Habrá necesidad de declarar la falta absoluta de Chávez y, consecuentemente, llevar a cabo nuevas elecciones presidenciales?

El calendario electoral se inicia en Ecuador el próximo 17 de febrero. Es altamente probable que el presidente Correa logre su reelección. Los numerosos programas sociales llevados a cabo durante los últimos años, gracias a los excelentes precios de petróleo y a una oposición débil y fragmentada, juegan a favor de la permanencia de Correa hasta 2017.

La segunda cita tendrá lugar el 21 de abril en Paraguay, cuya elección, de contar con niveles adecuados de legitimidad y credibilidad (creo que así será), permitirá la plena normalización de la situación política y el consiguiente reingreso de este país al MERCOSUR y a la UNASUR, instancias de las que fue suspendido como consecuencia del “golpe parlamentario” que destituyó al presidente Lugo en junio de 2012. Todo pareciera indicar que, parecido a lo ocurrido en México con el regreso del PRI, el partido Colorado de la mano de su candidato Horacio Cartes volvería a ocupar la Presidencia de la cual, tras 61 años ininterrumpidos en el poder, fue desalojado en las elecciones de 2008.

En Chile se celebrará la tercera elección presidencial, cuya primera vuelta está fijada para el 17 de noviembre. Si Bachelet confirma su candidatura (manifestó que lo haría en marzo) es muy probable que resulte vencedora. A la fecha, la ventaja entre la ex presidenta y los dos candidatos del oficialismo (Golborne y Alemán) es muy amplia. Los chilenos irán a las urnas con un sistema electoral reformado, cuyas principales novedades son: registro automático de electores (aumento de más de 5 millones de nuevos votantes), voto voluntario y obligación de parte de todas las fuerzas políticas de realizar internas en el mes de junio de 2013.

Las elecciones hondureñas del próximo 24 de noviembre ponen fin a la agenda electoral vigente, cuyos resultados son los más difíciles de pronosticar a estas alturas del año. En noviembre de 2012 los partidos políticos escogieron a sus candidatos en internas (Juan Orlando Hernández por el partido Nacional y Mauricio Villeda por el partido Liberal); además, recientemente se creó el partido Libertad y Refundación, obra del ex presidente Zelaya y que lleva como candidata a la Presidencia a su esposa Xiomara Castro. No está claro si esta nueva fuerza política podrá romper el histórico bipartidismo.

Venezuela podría ir nuevamente a las urnas en caso de que se decrete la “falta absoluta de Chávez” por algunas de las causales previstas en el artículo 233 de la Constitución bolivariana. En esta hipótesis, habría que convocar a una nueva elección dentro de los próximos 30 días a partir de la fecha en que se haya decretado la falta absoluta del Presidente.

Otras cuatro elecciones cobran relevancia. La parlamentaria en Cuba, legislativas y municipales parciales en Haití y, sobre todo, las elecciones municipales venezolanas y las legislativas argentinas de medio periodo. Estas últimas son cruciales para definir si la presidenta Fernández de Kirchner tendrá opciones para reformar la Constitución en busca de un tercer periodo consecutivo.

Procesos claves a monitorear

En México las promesas de campaña de Enrique Peña Nieto enfrentan el momento de la verdad, en particular la viabilidad de su ambiciosa agenda de reformas. El clima que prevalece -pese al incremento de la violencia y de los asesinatos en el Estado de México y en el Distrito Federal en los últimos días-, es de moderado optimismo sobre todo a raíz del Pacto por México, firmado por el Ejecutivo y los principales partidos políticos del país el pasado 2 de diciembre, documento que se considera como “la hoja de ruta” que contiene los temas fundamentales para el buen desempeño de la economía nacional en el futuro.

En Colombia el presidente Santos se juega gran parte de su capital político (esmerilado en 2012) y su reelección (en 2014) en el éxito del proceso de paz. El pasado 14 de enero arrancó en La Habana la tercera ronda de negociaciones (sobre el estratégico tema agrícola), a las cuales Santos solicitó dar un “nuevo ritmo”, es decir más celeridad y resultados concretos para así llegar a buen puerto dentro de la fecha límite que él mismo fijó: noviembre de 2013.

En Brasil, 2013 será un año decisivo para las aspiraciones reeleccionistas de la presidenta Rousseff, cuyas elecciones tendrán lugar también en 2014. Para ello, es crítico que el país retome la senda de crecimiento, y que la crisis energética y el despertar de las demandas sindicales (que permitieron a Rousseff una larga luna de miel durante los dos primeros años de su gobierno) no descarrilen el repunte que viene experimentando la economía.

Cuba, junto a Venezuela, será el otro epicentro político de la región por varias razones: el papel clave que viene desempeñando en la compleja situación venezolana; ser la sede de las negociaciones de paz colombianas y, desde fines de enero, ejercer la presidencia de la CELAC. Será importante, asimismo, seguir de cerca el funcionamiento en los hechos de la nueva política migratoria (más flexible salvo para ciertos grupos), que entró en vigor el pasado 14 de enero, y la evolución de las reformas económicas pro mercado implementadas por el presidente Raúl Castro durante el último año y medio. La salud de Fidel, como la de Chávez, podría dar también una sorpresa este año.

Reflexión final: 2013 arranca con el pie derecho. El Banco Mundial prevé que la región crezca levemente por encima de 2012, alrededor de un 3.5 promedio regional. En la mayoría de los países, resultado del último rally electoral (2009-2012) prevalece una tendencia al centro político (de derecha o de izquierda), con base en un enfoque que privilegia el pragmatismo y un sentimiento moderadamente optimista.

Imbuidos del sentimiento de que la región atraviesa por uno de sus mejores momentos, los países que integran la CELAC (todos, excepto Estados Unidos y Canadá), se reunirán con sus pares de la Unión Europea (quienes atraviesan una de sus peores crisis) los próximos 26 y 27 de enero en Santiago de Chile con el objetivo de lograr una alianza para un desarrollo sustentable, promoviendo inversiones de calidad social y ambiental.

El buen momento que vive América Latina es compartido por Roberta Jacobson, Secretaria Adjunta para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado estadounidense, quien declaró hace unos días en Madrid que la región “nunca ha sido tan estable, pacífica y prospera”, calificándola como un “respetable actor” en el panorama internacional. Coincido con Jacobson. La región cuenta hoy con democracias más consolidadas, mayores y mejores políticas públicas en materia de protección social y economías más fuertes e integradas. Durante la última década, 73 millones escaparon de la pobreza, expandiendo la clase media en más de 50%.

Empero, el clima optimista que se vive en la región no debe soslayar ni subestimar las importantes amenazas que conspiran contra una ciudadanía más plena, unas instituciones más fuertes, una prensa más independiente y una democracia de mejor calidad.

En efecto, pese a los importantes avances logrados, América Latina sigue siendo vulnerable a un entorno externo incierto, a la creciente exposición a Asia del Este y a factores específicos de cada país. En el terreno social, 30% de la población sigue siendo pobre y 38% vulnerable. Somos una de las regiones más violentas del mundo.

Según datos del PNUD, durante los últimos 25 años los robos se han triplicado y los homicidios han aumentado 11% durante la última década, cifras que permiten entender por qué la inseguridad es el tema que hoy más preocupa a la ciudadanía y a los gobiernos de la región. Subsisten, asimismo, importantes amenazas, entre otras: regímenes populistas, hiperpresidencialismos, fiebre reeleccionista, altos niveles de corrupción, estados de derecho débiles y acoso a la libertad de expresión. Todo ello enciende una luz de alerta sobre el peligro de caer en el error de los aplausos prematuros. Optimismo moderado, sí, pero no ingenuidad.