Ecos de la Cumbre sobre Diversidad Biológica

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La 12ª Reunión de la Conferencia de las Partes (COP 12) del Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas tuvo lugar del 6 al 17 octubre en la ciudad de Pyeongchang, Corea del Sur. Más de tres mil delegados de gobiernos, grupos de la sociedad civil, pueblos indígenas y comunidades locales, empresas y organizaciones internacionales asistieron a la reunión.

La meta de los flujos totales de recursos financieros internacionales relacionados con la diversidad biológica desde los países desarrollados hacia los países en desarrollo era un tema espinoso que debió ser resuelto a nivel ministerial.

Los países desarrollados que son Parte del Convenio quieren incluir recursos financieros de “todas las fuentes”, lo que implicaría también la cooperación Sur-Sur, el sector privado, las fundaciones, las ONG y el mundo académico. Y hasta podría significar que algunos países en desarrollo tengan que duplicar sus contribuciones a otros países en desarrollo.

Parecería que la financiación del sector público “desaparece del horizonte”, como expresó un delegado en la reunión de Pyeongchang. Todo apunta a que habrá una brecha sustancial entre las inversiones necesarias para cumplir las metas en materia de biodiversidad y los recursos actualmente asignados. Los niveles actuales de financiación global para la biodiversidad se estiman entre 51,000 y 53,000 millones de dólares al año, en comparación con las necesidades estimadas entre 300,000 y 400,000 millones.

Aunque después de largas negociaciones se confirmaron las cuatro metas de la COP 11 de Hyderabad, India, los observadores señalan que no hay ninguna referencia explícita a los Principios de Río, tanto en las decisiones de la COP 11 como en las de la COP 12. Esto podría socavar el principio fundamental de las responsabilidades comunes pero diferenciadas que subyace a los recursos financieros de los compromisos del Convenio sobre la Diversidad Biológica.

Por otro lado, los observadores señalaron que la tendencia reciente en las negociaciones de las Naciones Unidas, como se ve en el Convenio sobre la Diversidad Biológica y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, es que las cuestiones controvertidas a nivel “político” se toman en un pequeño grupo, resultando decisiones poco transparentes y limitadas porque a menudo los delegados no conocen el lugar y hora de las reuniones informales. En Pyeongchang, las consultas ministeriales se anunciaron en la pantalla de circuito cerrado de la televisión que proporciona el programa diario de la Conferencia.

En cuanto a la estrategia para la movilización de recursos, en el párrafo 14 de la resolución de la COP 12 se insta a las Partes y otros gobiernos a utilizar diversas fuentes de financiación, según proceda, de acuerdo con las circunstancias y condiciones nacionales, incluidos instrumentos de mercado y mecanismos de financiación de la biodiversidad.

El término “mecanismos de financiación de la biodiversidad” se utiliza ahora en lugar de los polémicos “mecanismos financieros innovadores” que provocó el fuerte cuestionamiento de Bolivia en la COP 10 de 2010 en Nagoya, Japón, ya que el término refleja un sesgo hacia los mecanismos basados en el mercado.

Sin embargo, una nota al pie en la decisión de la COP 12 señala: “El término ‘mecanismos de financiación de la biodiversidad’ se refiere a los ‘mecanismos financieros nuevos e innovadores’ del Objetivo 4 de la Estrategia para la movilización de recursos, aprobada por la Conferencia de las Partes en su novena reunión (Decisión IX / 11). Los mecanismos financieros nuevos e innovadores son suplementarios y no sustituyen el mecanismo financiero establecido en virtud de las disposiciones del artículo 21 del Convenio (véase el preámbulo de la Decisión X / 3)”.

En la COP 12, varias Partes que son países en desarrollo también expresaron su preocupación de que el uso de la palabra “mecanismo” pudiera ser confuso, ya que el artículo 21 del Convenio sobre la Diversidad Biológica establece un mecanismo financiero propio.

En la sesión plenaria de clausura de la COP 12, el 17 de octubre, después de que se adoptara la decisión sobre la movilización financiera, Bolivia hizo una declaración sobre su interpretación y reservas, que pidió quedaran reflejadas en las actas de la reunión. Declaró que interpreta el párrafo 1 (a) de la decisión en virtud del artículo 20 (4) del Convenio sobre la Diversidad Biológica como que los flujos financieros internacionales son fondos públicos de países desarrollados hacia países en desarrollo Partes.

Cualquier interpretación que haga referencia a una variedad de fuentes de financiamiento a los países en desarrollo que incluya la cooperación Sur-Sur y la financiación privada no refleja el artículo 20 del Convenio, expresó Bolivia. Es más, dijo que rechaza el concepto de la “economía verde”, porque se trata de una herramienta para promover la privatización de la naturaleza y la sociedad.

Por lo tanto, de conformidad con su legislación nacional, Bolivia se reserva su posición sobre todas las referencias a los instrumentos de aplicación de la economía verde incluida en los anexos I, II, III y IV de esta decisión de Movilización de Recursos de la COP 12, y en especial las referencias relacionadas a “enfoques basados en el mercado”, “mecanismos de financiación de la biodiversidad” -como instrumentos basados en el mercado-, y “mecanismo financiero nuevo e innovador” mencionados en la estrategia para la movilización de recursos aprobada por la Conferencia de las Partes en su novena reunión (Decisión IX / 11).

Bolivia se reserva cualquier interpretación derivada de estos enfoques, mecanismos e instrumentos que pudieran ser interpretados como medios para la mercantilización y financiarización de las funciones ambientales y los ciclos de la naturaleza, o como medios que permiten a los países desarrollados evadir sus compromisos y obligaciones para con los países en desarrollo en el marco del Convenio sobre la Diversidad Biológica.

Los enfoques basados en el mercado no son la solución para restablecer el equilibrio entre la humanidad y la Madre Tierra, según Bolivia. Y reafirmó que existen diferentes enfoques, visiones, modelos y herramientas disponibles para cada país, de acuerdo con sus circunstancias y prioridades nacionales, para alcanzar el desarrollo sustentable, tal como se establece en el párrafo 56 del Documento Final de la Conferencia de Río+20 “El futuro que queremos”.

Bolivia ha optado de manera soberana por la visión del “buen vivir”, a través del desarrollo holístico e integral en armonía y equilibrio con la Madre Tierra, y todas sus acciones en virtud del Convenio se aplicarán en ese marco, dijo el jefe de la delegación de ese país, Diego Pacheco.

Chee Yoke Ling es directora de Third World Network (TWN).

Éste es un extracto del artículo “Finance targets reaffirmed, concrete flows questionable”, publicado en South-North Development Monitor (SUNS) el 21 de octubre de 2014.

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