¿Elecciones anticipadas para acabar con la crisis en Nicaragua?

0
388
Foto: Reuters/Oswaldo Rivas

Nicaragua se apresta a completar tres meses de protestas antigubernamentales que han dejado numerosos muertos: 212 al pasado 19 de junio, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), 309 en las últimas estimaciones de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH).

Y la situación no da signos de resolverse: al menos una persona más perdió la vida este miércoles, cuando la policía nicaragüense, acompañada por civiles armados, recurrió a la fuerza para acabar con el bloqueo de la carretera Panamericana en La Trinidad, 127 kilómetros al noroeste de la capital, y otras cuatro murieron el jueves en una operación similar en el barrio leonés de Subtiaba.

Para muchos, se trata de nuevos ejemplo de la “respuesta represiva” del Estado nicaragüense que ha sido duramente criticada por la CIDH, pues según la organización se ha caracterizado por el “uso excesivo y arbitrario de la fuerza, incluyendo la fuerza letal (…) de manera deliberada”, entre otras graves violaciones de derechos humanos.

Pero el gobierno nicaragüense sostiene que la violencia -que hizo que lo que empezó como pequeñas protestas en contra de una reforma del sistema de pensiones se convirtieran en un verdadero alzamiento en contra del presidente Daniel Ortega- es resultado de una estrategia “golpista” de ciertos sectores de la oposición.

Y según el secretario privado del presidente Daniel Ortega, Paul Oquist, es por eso que, antes de hablar de posibles salidas a la crisis, como elecciones anticipadas, es necesario que cese toda la violencia, “venga de donde venga”.

En una extensa entrevista con BBC Mundo celebrada en Londres a mediados de esta semana, sin embargo, el también ministro para Políticas Nacionales del gobierno de Nicaragua no descartó completamente la posibilidad.

Y tampoco negó categóricamente las violaciones de derechos humanos por parte del Estado nicaragüense.

Nicaragua está viviendo momentos bastante difíciles: centenares de muertos desde que iniciaron las protestas, las proyecciones de crecimiento económico recortadas de un 4,5% a un 1% según el Banco Central y en general una situación bastante compleja, con mucha violencia. ¿Cuál es la responsabilidad tiene el gobierno nicaragüense en todo esto?

Hay responsabilidad de violencia por todos lados, ha habido muertos por todos lados, ha habido excesos por todos lados. Y el gran desafío del pueblo nicaragüense es que cese la violencia venga de donde venga.

El gran desafío es cesar la violencia, construir confianza mutua y construir la paz. Y como todos sabemos que la paz es más que la ausencia de violencia: la confianza es un elemento, pero hay otros elementos también. Y si eso no fuera suficiente, en una situación tan compleja como la de Nicaragua también hay que ir más allá y lograr la reconciliación nacional.

Y la razón para eso es que después de esta crisis política va a haber una crisis económica y una crisis social.

Como usted ya dijo, no vamos a tener el promedio de 4,6% de crecimiento. La inversión extranjera directa que había subido cinco veces desde el 2007, quién sabe que va a pasar con ella ahora, y con el turismo, que estaba empezando a levantar.

Se había pasado más de 10 años tratando de perder la reputación de país violento heredada de los años 80, que impedía el turismo, y se estaba teniendo éxito. Pero eso está en cero. Hay 85.000 trabajadores en la calle, gran parte de ellos de la industria de la hospitalidad, muchos hoteles en Managua están vacíos, algunas líneas aéreas están cancelando algunos vuelos porque llegan con muy poca gente. Y el impacto de los tranques sobre la economía va a ser muy fuerte también.

Entonces va a haber una crisis económica y social, y el pueblo nicaragüense no va a poder rescatar lo que se pueda de la economía y echar adelante si el país sigue dividido como está dividido. Es un país polarizado, y si las fuerzas están en la yugular uno del otro, no vamos a progresar.

Tenemos que lograr la reconciliación nacional: el gobierno tiene que trabajar con el sector privado y viceversa, se tiene que ayudar a la gente del sector informal a recuperarse de esto, y se tiene que buscar que la pobreza, que se había bajado de 16% en 2005 a 6% en 2016, no se dispare de nuevo, que es muy posible en estas circunstancias. Las tareas son enormes.

¿Pero reconciliación sin justicia por lo que ha pasado en el país desde el 19 de abril a la fecha?

Definitivamente no, de ninguna manera. No puede suceder sin justicia. Y la única manera de lograr justicia es que la Comisión de Verdad, Justicia y Paz de la Asamblea Nacional, con los fiscales nicaragüenses, y los forenses de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que ya han sido nombrados y que creo que ya llegaron a Nicaragua, trabajen juntos.

Esos forenses del CIDH son muy importantes para que haya credibilidad para todas las partes. Y se va a trabajar caso por caso, investigando todas las muertes. Y los fiscales están involucrados porque cuando hay cargos criminales hay que entablar esos casos criminales. Hay que lograr justicia, porque eso es fundamental para reconstruir confianza mutua en el país.

¿Incluso si entre los responsables hay funcionarios del Estado nicaragüense?

Caiga quien caiga. Eso tiene que ser así, o no se va a tener credibilidad. Pero la violencia tiene que cesar de lado y lado para lograr eso. Y la cuestión no son sólo las muertes, sino también los saqueos. ¿Quiénes son responsables por los saqueos? No eran saqueos espontáneos, sino organizados.

Y mucho más, porque no hay solo muertes y saqueos. La CIDH ha denunciado muchísimas violaciones de derechos humanos…

…los incendios y ahora más recientemente las torturas. Realmente hay hechos abominables, atrocidades.

¿De las dos partes?

Hay de las dos partes. Hay que ver por ejemplo la quema de las radios: Radio Ya, Radio Nicaragua, Radio Yes en Matagalpa, y Radio Darío, que fue quemada por sandinistas. Pero lo de (la oficialista) Radio Ya y esas cosas no salieron en medios internacionales.

Se hizo tremenda bulla cuando se cerró el canal de televisión 100% Noticias por unos días, pero después salió al aire de nuevo. Y como usted sabe Canal 12 y 100% Noticias piden el derrocamiento violento del gobierno todos los días: ‘¡Que se vaya ya! ¡Que se vaya ya!'”…

Piden que se vaya ya, pero yo no los he oído pedir un derrocamiento violento.

Bueno, ha habido un ataque de cuatro horas en la casa de (el funcionario sandinista) Francisco López el sábado pasado, llegaron a las 4:00 am y hubo un tiroteo con AK-47 hasta las 6:00 am y eso es alarmante, porque eso tiene ribetes de guerra civil…

Pero eso no lo pidieron 100% Noticias ni Canal 12…

Pero eso de “que se vaya ya” es una posición golpista. No es una posición de diálogo. Y tenemos que superar esa posición golpista. Escuche al (exembajador nicaragüense ante Naciones Unidas durante el primer gobierno sandinista) Alejandro Bendaña en Democracy Now. Yo estuve ahí y pasaron un clip de él diciendo: “Que (el presidente Ortega) se vaya ya” y “Tiene que ser sucedido por un gobierno provisional”. Eso es golpe de Estado, es una posición golpista.

Sin embargo, cuando estaba en la oposición, el presidente Ortega dio varias entrevistas en las que reivindicaba el derecho de la gente a salir a la calle, manifestarse y así forzar la salida prematura de un gobierno con el que estuviera descontento. Y no lo veía como una posición golpista, sino como una expresión de democracia popular. Si no recuerdo mal una vez hasta puso el ejemplo de Ecuador en 1996.

Bueno, pero la verdad es que las barricadas no son pacíficas. Son impuestas violentamente y son mantenidas violentamente. Trate de cruzar una barricada y va a encontrar violencia.

Ahí está el caso de Raúl Pineda, un compañero que estaba con otro compañero en los barrios orientales de Managua tratando de despejar las barricadas y fueron tirados (abatidos con armas de fuego). En el video de eso se puede ver que él está en la calle, no se sabe si está muerto o vivo, pero lo rocían con gasolina y le prenden fuego. Y la cosa es que tan desconcertante como ese hecho, esa barbaridad, esa atrocidad, es que los que lo hicieron estaban jubilosos, estaban riendo, estaban aplaudiendo.

Y después en su mano carbonizada le pusieron un bronce y dijeron ‘Este es tu trofeo, tal por cual, te lo ganaste’, y antes de retirarse pusieron la bandera del frente Sandinista en su cuerpo. Eso es terrorismo, eso no es vandalismo, y ese tipo de atrocidad se tiene que investigar también.

Y usted sabe que eso no era parte de la cultura nicaragüense, eso es más de Estado Islámico o qué se yo. Y ahí están también los policías secuestrados, y otras personas, trabajadores municipales de otras ciudades, a los que han desnudado. ¡Ni en la guerra!

Si nos ponemos a ver casos particulares seguramente podemos encontrar varios en que simpatizantes del Frente Sandinista han sido objeto de violencia. Pero también hay muchas denuncias, muy graves del otro lado…

Y por eso es que la violencia tiene que cesar venga de donde venga, si es que queremos lograr un diálogo exitoso.

¿Cómo se logra eso?

Yo considero que se produjo un hecho muy significativo el 30 de junio en Santo Domingo, República Dominicana, donde todos los presidentes del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), de Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica, Panamá y República Dominicana, el canciller de Belice y el Ministro de Asuntos Caribeños de Nicaragua, sacaron un comunicado especial sobre Nicaragua evocando (el proceso de paz de) Esquipulas y los objetivos de Esquipulas, trayendo a colación la institucionalidad centroamericana con el Protocolo de Tegucigalpa a la carta de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA) y sus instrumentos complementarios.

Ellos plantean en los accionables sus condolencias a las familias, también plantean que tiene que haber un diálogo para salir de todo esto, no hay otra salida, reconocen el papel de las organizaciones internacionales y saludan al gobierno y a los sectores de la sociedad nicaragüense que están dispuestos a llevar adelante el diálogo.

Y después hacen un llamado al levantamiento de las barricadas, porque señala que eso está afectando a la economía centroamericana. Las barricadas no solo están estrangulando la economía nicaragüense: yo he escuchado que hay 6.000 furgones atrapados en Nicaragua y muchos otros no pueden entrar, entonces el tránsito entre Guatemala y Costa Rica, y también a Panamá, está interrumpido. Y eso para los presidentes centroamericanos es cosa muy seria.

Y en el octavo punto, y eso es muy interesante, le piden a la Secretaría Ejecutiva de SICA seguir el caso de Nicaragua y acompañar el Diálogo Nacional.

Ahora, el secretario de SICA es el expresidente Vinicio Cerezo, de Guatemala, que fue el impulsor del proceso de Esquipulas que llevó a las elecciones del 25 de febrero de 1990 y a la primera transición pacífica de una fuerza política a otra de la historia de Nicaragua. Entonces ese es un antecedente muy interesante y abre un escenario con los presidentes centroamericanos que espero puede ayudar a avanzar ese proceso de diálogo.

Una de las consecuencias de ese proceso de Esquipulas fue el adelantamiento de las elecciones en Nicaragua, que es de hecho lo que piden algunos de los participantes en el Diálogo. ¿Es esa una posibilidad?

El presidente Ortega ha señalado que si cesa la violencia no hay nada que no se pueda poner en la mesa, incluyendo eso. Pero no se pueden llevar a cabo elecciones en un ambiente de violencia. Si hay un ambiente de violencia y se trata de tener elecciones, vamos a tener una matanza.

Pero nadie está pidiendo celebrar elecciones en medios de las barricadas. Lo que muchos piden es que se comprometa a celebrarlas antes de levantarlas…

Esa es una distinción muy fina. Pero no hay nada que no se pueda poner en la mesa si cesa la violencia. Y mientras dure la violencia también es muy difícil tener el diálogo.

¿Pero usted sí cree que la salida pasa por elecciones anticipadas?

Yo creo que el presidente ha dicho que no hay nada que no se pueda discutir en la mesa (del Diálogo). Y cuando dije eso en Radio Francia Internacional ellos publicaron un titular como su primicia diciendo “Ortega no descarta elecciones anticipadas”. No es lo que dije, y no es lo que el presidente ha dicho, pero es una interpretación lógica de eso también. Y no está descartado porque nada está descartado.

Pero con la condición de que primero cese toda la violencia. ¿Incluyendo la violencia por parte del Estado y de sus grupos parapoliciales?

Venga de donde venga. No hay cese de violencia si no es de lado y lado. Esta es una sociedad polarizada, hay violencia por los dos lados, y para que la gente deje de morir en Nicaragua debe cesar la violencia.

¿Pero no le corresponde al Estado dar el primer paso? ¿Y no es acaso suya la mayor responsabilidad? A eso apuntan los reportes de la CIDH y otras organizaciones de derechos humanos…

Eso es porque los informes de derechos humanos, los que usted señala, dada la responsabilidad del Estado de proteger, solo hablan de actores estatales. No hablan de sectores no estatales. Y eso introduce un sesgo estructural, porque no se puede entender lo que está pasando en Nicaragua solo viendo lo que hace el Estado.

Eso ignora la sociedad polarizada, ignora que hay violencia por los dos lados, ignora que hay violaciones de derechos humanos por los dos lados, y produce un informe sesgado.

Esas atrocidades de las que estábamos hablando antes no se reportan, y no se reportan en los medios internacionales, que solo toman los enunciados de noticias falsas, o los enunciados de un movimiento, y no publican nada más. ¿Dónde están los reportajes sobre esas atrocidades? ¿Dónde está el furor por esas atrocidades?

Pero es que, dada esa obligación de proteger, las violaciones de derechos humanos resultan más monstruosas cuando las comete el Estado ¿no? Es mucho más grave y preocupante que la policía esté acusada de practicar ejecuciones extrajudiciales que la posible existencia de elementos violentos dentro del espectro político nicaragüense…

Bueno, pues la banda de Viper llevó a cabo asesinatos secuestros, incendios. Por suerte (su líder) Cristhian Mendoza ya está apresado. Y (el activista de oposición) Félix Maradiaga está acusado de ser el mentor de esos elementos.

Acusado públicamente, pero no parece haber pruebas en su contra.

Bueno, él dijo que iba a volver a Nicaragua a enfrentar la justicia pero no lo hizo.

Sí lo hizo: regresó a Nicaragua y no lo han arrestado ni nada.

¿Regresó? Qué bueno. Vamos a ver qué pasa ahí. Y como dije caso por caso se va a investigar todo eso. Porque reitero: es muy complejo. Y es el estudio caso por caso con un elemento independiente que puede dilucidar todos los casos.

Pero eso es necesario para dilucidar responsabilidades penales. ¿Qué pasa sin embargo con las responsabilidades políticas? ¿No las debería haber asumido ya el gobierno?

Las responsabilidades políticas las debe decidir el pueblo nicaragüense en un proceso electoral. Debe ser el pueblo nicaragüense el que decida quién gobierna en Nicaragua, el futuro político de Nicaragua, y no un golpe de Estado o un gobierno provisional nombrado por los mismos involucrados.

Entonces lo que tenemos que hacer es vencer la posición golpista, que la población caiga en cuenta que eso no va a resultar y que solo estamos destruyendo el país, para que el Diálogo se tome en serio viendo que esa es la única solución. La única solución es institucional, constitucional, democrática. Y eso va a llevar a que el soberano, el pueblo de Nicaragua, decida el futuro político del país.

¿Elecciones anticipadas?

Por cuarta vez, todo se pu ede negociar en la mesa cesando la violencia. Y eso realmente es necesario para llevar adelante bien el diálogo, es imprescindible. Incluso en enero de 2019 todos esos estudios de la OEA, de reforma electoral, de depuración del padrón electoral y la cedulación, todas esas cuestiones técnicas van a estar listas. Mucho más difícil va a ser pacificar al país. Y no se pueden tener elecciones en un ambiente de violencia.

Hay que conseguir el cese de la violencia, reconstruir confianza, y así se pueden hacer elecciones con reformas del Consejo Supremo Electoral y el padrón electoral aceptadas por todos. Por eso tiene que ser por consenso. Y por eso esas cosas de la OEA van a demorar un poquito, porque están planteando junto con los expertos nicaragüenses hacer consultas a todos los sectores, a todas las regiones, como se debe hacer en algo así. Pero yo creo que los derroteros y las soluciones están visibles.

¿Y qué pasa con el tema justicia? ¿Usted cree que es algo que puede garantizar el cuestionado sistema judicial nicaragüense?

No hay nada que no se puede poner en la mesa si cesa la violencia. No solo reforma electoral se puede poner en la mesa, se pueden poner otras cosas también, porque no se está excluyendo nada.

Pero el método para cambiar al gobierno en Nicaragua no puede ser los tranques. ¿Sabe por qué? Porque los sandinistas también saben hacer tranques. Entonces si van a lograr ese gobierno provisional a través de los tranques, ¿qué va a pasar después? Va a ser interminable la violencia en Nicaragua si la salida no es institucional, constitucional, democrática, con el soberano, el pueblo, decidiendo el futuro del país.

¿Pero no debería el gobierno al menos demostrar que está dispuesto a asumir ciertos costos políticos? Usted decía al inicio de la entrevista que ha habido violencia de parte y parte, pero uno de los argumentos más fuertes en contra de la idea de que las primeras muertes fueron causadas por “la derecha” es la falta de diligencia por parte de las instituciones que deberían haber llevado a cabo las investigaciones, y nadie ha sido castigado por esto.

Veamos las iniciativas que encajan en esos señalamientos. Uno, lo de invitar a los forenses del CIDH a acompañar la investigación caso por caso, eso debería infundir confianza.

Pero eso fue algo que arrancó la oposición precisamente gracias a los tranques…

Pero el gobierno lo ha hecho. Usted dice que quiere ver gestos, y el gobierno lo ha hecho. Y el gobierno se ha puesto de acuerdo y aceptado, desde el año pasado, las recomendaciones de la OEA para reformar el sistema electoral. Hay un calendario y ese calendario se está ejecutando en el curso de este año y va a estar listo para enero del año próximo.

Es una pieza muy importante, esa es una señal positiva. El hecho de que el gobierno dice que no excluye nada de la mesa es un punto positivo. El hecho de que el gobierno ha invitado al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la Unión Europea…

De nuevo, por presión de la oposición, por los tranques.

El gobierno lo ha hecho. Y no se ha hecho por los tranques, se ha hecho por el Diálogo, esa fue puesta como una condición en el Diálogo y el gobierno cumplió con la condición. Esa es buena noticia, no una mala noticia. Es una señal de seriedad del gobierno. Invitó a la Unión Europea, al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. A todos ha invitado.

El gobierno, sin embargo, rechazó de plano las conclusiones del informe de la CIDH.

Porque únicamente señaló la responsabilidad de los autores estatales y no las atrocidades contra los sandinistas, los asesinatos contra los sandinistas, la intimidación de sandinistas, el secuestro e policías, trabajadores municipales, desnudarlos, torturarlos, ponerlo todo en video; la amenaza contra los sandinistas, poner sus fotos y su dirección en internet; los barrios que amanecen con una equis amarilla en las casas de los sandinistas como si fuera a haber un pogrom o algo así… La sociedad nicaragüense está viviendo en miedo.

También con miedo del Estado.

El señor de la Comisión de América Latina del Parlamento Europeo me dijo que la gente va donde él y le dicen que todos tienen miedo. Y por las razones que acabo de enumerar, y que hablamos antes, los sandinistas tiene miedo.

Y la gente en los barrios tienen profundo miedo, más miedo que nadie, porque están tratando de ganarse la vida a diario en situaciones muy difíciles -la gente del sector informal, que es la mayoría en Nicaragua-, pero también por los crímenes de los elementos delincuenciales de la sociedad que tienen total impunidad, andan en moto, robando los celulares de la gente en la calle, entonces tienen miedo de salir.

La sociedad está viviendo con profundo miedo y yo creo que eso no resiste por mucho más tiempo con ese nivel de tensión. Hay que buscar la salida y la salida no puede ser un golpe de Estado. La posición del golpe de Estado tiene que ser vencida y pasar a una posición de diálogo serio y con el apoyo de la comunidad internacional.

Me parece muy positivo que Vinicio Cerezo vaya a entrar en el escenario como el secretario de SICA encomendado por los presidentes de Centroamérica y con el apoyo de los presidentes de Centroamérica, que puede ser más importante que el de las otras organizaciones, porque no solo están interesados en Nicaragua sino que tienen intereses: eso de los tranques en la Panamericana, ellos están interesados en que se levante el (tranque) de La Trinidad, el de Sébaco y todos lo que bloquean la (carretera) Panamericana.

Ahora, el Estado nicaragüense no puede controlar lo que hace la oposición, pero si puede corregir, o tratar de enmendar los errores y abusos que hayan cometido los actores del Estado. Y yo vi mucha frustración por la aparente falta de disposición a reconocer las violaciones de derechos humanos de sus aparatos de seguridad y de sus grupos parapoliciales.

Discúlpeme por ser redundante, pero se ha encomendado un estudio caso por caso con los forenses y de ahí van a salir responsabilidades. Y con el proceso electoral el pueblo nicaragüense va a poder juzgar a todos y decidir el futuro político de Nicaragua, en elecciones democráticas.

Definitivamente yo creo que es muy importante construir confianza entre los sectores y eso va a surgir de la justicia que se haga, efectivamente. Y cuando usted habla del poder judicial, discúlpeme si sueno como loro, pero no hay nada que no se pueda poner en la mesa.

Yo creo que por ahí es por donde tenemos que construir las soluciones. Pero yo estoy preocupado, especialmente entre más tiempo se demore, por el desastre que va a haber en la economía nacional, que no conviene a nadie en Nicaragua.

Tenemos que tratar lo que más podamos de la economía, tenemos que salvar lo que más podamos del tejido social, porque esto va a dejar una crisis económica y social muy profunda. Eso tampoco conviene a los países centroamericanos ni a EE.UU. tampoco, porque como todos sabemos Nicaragua era un país que había mantenido alejados a los carteles de la droga -el cartel de Sinaloa trató de afincarse en Nicaragua y le fue muy mal-, Nicaragua también ha sido el muro de contención de las maras, y ha sido un país de migración ilegal baja (a Estados Unidos).

¿Cree usted que se puede hacer borrón y cuenta nueva y regresar a cómo se estaba antes del 18 de abril?

No. Nicaragua nunca va a volver a ser lo que era el 17 de abril, nunca va a volver a ser lo que fue. El daño es enorme. Esa es la preocupación de la crisis profunda a nivel económico y social. Y si la sociedad está dividida, si el sector privado y el gobierno no se entienden, no vamos a lograr superar eso. Y si la población, los sindicatos y todos no colaboran, no vamos a lograr eso. Necesitamos la reconciliación.

¿El gobierno se hace alguna autocrítica acerca de cómo se llegó a la actual situación? ¿Por ejemplo, por su uso de la violencia para reprimir las protestas políticas?

El primer día claramente hubo un exceso de fuerza por la policía, en el Camino de Oriente. Claramente. No hay duda de eso. Pero el primer día también se asomó la cabeza del golpismo, de la mentira, de fomentar el odio, de culpar al gobierno e infundir temor. Había una noticia falsa de que había un estudiante muerto, para agitar a los estudiantes, y funcionó: los estudiantes universitarios masivamente se plegaron a apoyar al movimiento por esa noticia falsa.

El segundo día sí se produjeron muertos, ahí por la UPOLI: dos manifestantes y un policía. Y ahí empezó una espiral. El presidente rescinde la reforma al seguro social y no pasa nada, sigue creciendo la cosa.

Porque la protesta deja de ser sobre el seguro para ser sobre la represión y los muertos…

Y también porque los golpistas siguiendo la pauta de Gene Sharp de la desestabilización y el derrocamiento de gobiernos por fases, las fases fueron de la manifestación a los saqueos, a las quemas de edificios de alcaldías, y ahora estamos en la etapa de las barricadas.

Y en medio de todo eso muchos muertos, y muchos muertos por la acción represiva de las fuerzas de seguridad del Estado y de sus grupos parapoliciales…

Y los golpistas tratando de generar situaciones de inestabilidad.

¿El problema no será que al estar convencidos de que estaban ante un intento de golpe de Estado ciertos sectores del gobierno y partido de gobierno sintieron que toda respuesta estaba justificada, incluyendo el uso de la fuerza excesiva?

No estoy justificando eso, no estoy predicando eso. Yo estoy diciendo que hay violencia de todos lados y que la posición es que cese la violencia venga de donde venga. No estoy tratando de justificar nada. La cuestión es que encontremos la salida, y la salida es que cese la violencia de lado y lado. Pero veamos por ejemplo los saqueos. Los saqueos eran muy planificados.

Algunos dicen que planificados por el mismo gobierno…

Ah, gracias, porque el gobierno iba a querer desestabilizarse a sí mismo, el gobierno va a quemar sus propias alcaldías. Eso tiene una lógica tremenda. Esos son los objetivos de las noticias falsas.

En el caso del policía que mataron defendiendo Radio Ya, el spin que pusieron fue que lo habían matado sus propios compañeros policías porque rechazaba reprimir al pueblo. ¡Lo mataron cuando llegaron a destruir Radio Ya!

Pero esa lógica no es muy diferente a la que empleó el gobierno cuando acusó a los manifestantes de matarse a sí mismos para desestabilizarlo.

Bueno, nosotros rechazamos las noticias falsas y todas las tergiversaciones. Tenemos que llegar a la verdad y ver caso por caso y tenemos que lograr que cese la violencia de lado y lado.

¿Y qué tan optimista es usted?

Bueno, iniciamos esta entrevista diciendo que había buena noticias con este acuerdo de los presidentes centroamericanos.

Yo creo que los presidentes centroamericanos entienden esto mucho mejor que las organizaciones internacionales, los europeos y los norteamericanos. Yo creo que Vinicio Cerezo y el nuevo nuncio papal pueden jugar papeles muy importantes en este proceso para lograr los acuerdos, y de ahí los organismos internacionales pueden ayudar a comprobar eso.

También hay unos haberes que tenemos. Nicaragua lo ha hecho antes. Tuvimos una guerra de diez años y no era así nomás salir de la guerra de los años 80 y Nicaragua lo logró. El proceso de transición del gobierno del Frente Sandinista al gobierno de la UNO pudo haber sido un desastre y no lo fue, gracias a los Acuerdos de Transición. Incluso hemos tenido reconciliación nacional en Nicaragua.

Como usted sabe en la coalición “Unida Nicaragua Triunfa” de las elecciones de 2016 iban el FSLN, el Partido de la Resistencia -la Contra- y YATAMA. Entonces nadie podía pensar que se podía regresar al escenario de la guerra de los años 80, ya que todos los contrincantes estaban en la misma coalición. Y era más que nominal: el candidato a vicepresidente y después vicepresidente era don Jaime Morales Carazo, que había sido vocero de la Contra y uno de los negociadores en Sapoá.

Entonces haber hecho acuerdos de paz, haber logrado la resolución de un conflicto vía elecciones, haber logrado la reconciliación nacional, haber hecho todo eso antes inspira algo de confianza de que los y las nicaragüenses puedan lograrlo de nuevo, para el bien de todos.

Cada vez que me menciona a Vinicio Cerezo y el proceso de paz de los 80 a mí me dan más ganas de titular por el lado de las elecciones adelantadas, como RFI…

Nada está descartado si cesa la violencia.