WikiLeaks: El nuevo campo de batalla

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Al dar crédito a estas acciones, parecería lógico suponer que efectivamente los servicios de inteligencia rusos prepararon el terreno para que Trump acabe sentado en el salón oval de la Casa Blanca. De manera sistemática, las autoridades del Kremlin han negado cualquier interferencia  informática en las elecciones, pero esto está lejos de ser así. Se puede asegurar que los agentes rusos estaban a la espera de las filtraciones de WikiLeaks para descargar un ataque mortal contra la candidata demócrata.

WikiLeaks con los RUSOS

En una reciente entrevista el fundador de WikiLeaks Julian Assange afirmó al corresponsal de Darthmouth Films que sus equipos develaron un email de 2014 en el que Hillary Clinton -poco después de dejar la secretaria de Estado de los Estados Unidos- envió un informe a su jefe de campaña John Podesta en el que aseguraba que Arabia Saudita y Qatar habían entregado una multimillonaria suma de dinero a la Fundación Clinton para financiar al Estado Islámico para financiar al grupo terrorista islámico.

En la misma entrevista Assange respondió con un lacónico sí cuando le preguntan si las filtraciones de Wikileaks pretendían favorecer un cambio en el Gobierno de los Estados Unidos.  “Va a ser difícil ganar la presidencia de los Estados Unidos a grupos que no pertenecen al establishment”, dijo Asaange.  “La banca, los servicios de secretos de inteligencia y la industria militar se esforzarán porque Clinton gane la elección. Todas las corporaciones se han aliado a la candidata demócrata, incluso los grandes medios de comunicación”.

Posteriormente, el austriaco dijo que si gana Clinton se consolidará el poder de la actual clase gobernante de los Estados Unidos. “Trump no es un insider puede ser un cambio bueno o malo, so se verá si gana las elecciones, porque también él es parte de una elite rica en los Estados Unidos. Son gente que no forma parte de la estructura de poder, se trata de una estructura débil lo que no quiere decir que articule rápidamente una estructura de patrones”.

El fundador de WikiLeaks no es contundente cuando le preguntan sobre si los rusos estarían comprometidos con las filtraciones para perjudicar la elección de Hillary Clinton. Él prefiere responsabilizar a Podesta por el pésimo manejo de los ordenadores de campaña demócrata. Y hasta se atreve a lanzar una denuncia. “Toda las filtraciones de WikiLeaks salieron de los propios ordenadores del Partido Demócrata. Nuestras fuentes de información fueron políticos desencantados con Hillary  por la barrida contra Sanders. Los servicios de seguridad de los Estados Unidos apuntan a los rusos pero la verdad es que se trata de una histeria masiva sin fundamento ni pruebas fehacientes que ellos hubieran hackeado la campaña de Hillary Clinton”.

“Las filtraciones son de 2015 cuando Trump no aparecía siquiera en el firmamento político como probable aspirante a la Casa Blanca”. Más adelante Assange afirma que existe una propaganda masiva para enturbiar las relaciones entre los Estados Unidos y Rusia, pero lo cierto es que los norteamericanos se han dado la vuelta contra sus autoridades y eso ocurre cuando sus elites dejan de escuchar al pueblo. Nosotros en WikiLeaks ofrecimos hasta US $ 30.000 a cada persona que proporcione información de que la administración Obama destrozo a Sanders”.

En la lucha por la nominación por el Partido Demócrata, Bernie Sanders había planteado la necesidad de evitar la recepción de donaciones de poderosos consorcios en una alusión directa a la Fundación de los Clinton que se convirtió en una caja abierta. Sanders llegó al extremo de denunciar el levantamiento silencioso de una prohibición al levantamiento de donaciones de lobistas federales y comités de acción política que realizó el Comité Nacional Demócrata (DNC, por su sigla en inglés).

Las normas fueron propuestas por el entonces candidato a la presidencia Barack Obama en 2008. Sin embargo, estás se levantaron subrepticiamente en el correr de los últimos meses antes de la nominación. Quienes criticaron la medida afirmaron que el cambio favorecía a la rival de Sanders, Hillary Clinton, cuyo comité se ha especializado en la recaudación de fondos conjuntamente con el DNC.

“Me pregunto si es posible para un candidato que no sea multimillonario ni esté comprometido con la clase multimillonaria llevar a cabo una exitosa campaña, si ese es el caso, me gustaría que todos ustedes reconocieran el triste estado en que se encuentra la democracia estadounidense”. Bernie Sanders

 

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