Juicio contra el Chapo: medidas extraordinarias para mantener vivos a los testigos

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Foto: El País

 

 

Algunas veces los líderes internacionales del narcotráfico matan a las personas que planean comparecer como testigos en su contra. Ha sucedido con tanta frecuencia en México, por ejemplo, que algunos han descrito el programa mexicano de protección de testigos como un programa de detección de testigos, o una lista de aquellos a los que hay que asesinar.

Mientras las autoridades de Nueva York se preparan para el juicio de Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como el Chapo, que tendrá lugar el mes próximo, han tomado medidas extraordinarias para evitar que aquellos que testificarán sean asesinados. Los abogados de Guzmán dicen que esas órdenes de protección tan estrictas han dificultado enormemente montar una defensa sólida.

A continuación, presentamos algunas de las formas en las que la fiscalía ha mantenido en secreto tanto a los testigos como los temas del juicio relacionados con ellos, y por qué:

Ocultar los nombres en los documentos judiciales

A partir del momento en el que Guzmán fue extraditado a Brooklyn desde México el año pasado, los fiscales han argumentado que representa un “peligro extremo” para los diversos exaliados, rivales y subordinados que testificarán en su contra.

En varias ocasiones el gobierno se ha negado a identificar a los testigos en los documentos públicos; afirma que, si lo hace, el Cártel de Sinaloa, que fue dirigido por Guzmán durante veinte años, fácilmente podría buscar venganza.

A finales del año pasado, por ejemplo, cuando el gobierno dio información básica sobre los testigos a los abogados de Guzmán, lo hizo en un memorando de cien páginas, y casi la mitad habían sido editadas para tachar información. La reserva ha cubierto el caso a tal grado que cuando la defensa respondió el memorando tres días después -con la solicitud de más información sobre los testigos-, el documento se presentó ante el tribunal como reservado; para dar a conocer su contenido, es necesaria la autorización del juez.

La principal queja del abogado de Guzmán, Eduardo Balarezo, es que el gobierno está planeando mantener ocultas las identidades de los testigos hasta la víspera del juicio, lo que obstaculizará la capacidad de la defensa para investigar las afirmaciones de estos testigos e idear una defensa en su contra.

Mantener a los testigos fuertemente protegidos

Algunos de los testigos del gobierno ya están en la cárcel y se les resguarda en lo que se conoce como unidades de custodia de protección “en vista del gran riesgo que corren sus vidas”, según los documentos judiciales. Otros forman parte del programa de protección de testigos en ubicaciones que no se dan a conocer y se les han dado nuevas identidades. Conforme a las reglas del programa, afirman los documentos, se les ha dicho a esas personas que “corten todo tipo de vínculos con familiares y amigos a fin de mantener el máximo nivel de protección”.

A los fiscales también les preocupa la seguridad del jurado en el caso. Hace unos meses, convencieron al juez federal, Brian M. Cogan, de permitir que los miembros del jurado participen de manera anónima.

El juez Cogan decidió seleccionar a los miembros del jurado en una sesión cerrada extraordinaria que se llevó a cabo en su despacho privado.

Prepararse para lo que pueda ocurrir

Las estrictas órdenes de protección para los testigos son necesarias debido a que Guzmán tiene antecedentes de asesinar y secuestrar a aquellos que se han atrevido a hablar en su contra, afirmaron los fiscales. Sin embargo, ha sido difícil verificar las acusaciones del gobierno porque, como sucede con muchos aspectos del caso, se hicieron en documentos que se presentaron ante el tribunal como reservados.

En octubre de 2016, Vicente Bermúdez Zacarías, un juez mexicano que estuvo involucrado en el juicio de extradición de Guzmán, salió a correr en su ciudad de origen, Metepec, y un hombre le disparó en la cabeza.

Los fiscales mencionan que en 2009 el padre de dos hombres de Chicago que estaban colaborando con las autoridades estadounidenses en contra de Guzmán fue capturado y asesinado cuando estaba en México.

En el caso de Brooklyn, se ha acusado a Guzmán de ordenar la muerte de miles de personas cuando dirigía el cártel. Esto se suma a las acusaciones de que ingresó ilegalmente más de 200 toneladas de cocaína a Estados Unidos.

Antes de su extradición, Guzmán también escapó en dos ocasiones de prisiones mexicanas en osadas fugas.

Aislar al Chapo

A pesar de todo esto, los abogados de Guzmán rechazan la idea de que representa una amenaza para cualquiera, dado que ha pasado los últimos dos años en el ala de máxima seguridad del Centro Correccional Metropolitano, conocida como 10 Sur, la cárcel más impenetrable de la ciudad de Nueva York.

Ahí ha permanecido encerrado bajo llave, excepto durante una hora al día, cuando se le permite recibir visitas solo de sus abogados y sus hijas de 7 años. Cada mes, a Guzmán se le permiten dos llamadas de quince minutos con su madre y su hermana, que el gobierno escucha. Excepto eso, está “totalmente aislado del mundo afuera de su deprimente celda”, escribió Balarezo el mes pasado.

Teniendo en cuenta esas “condiciones extremadamente restrictivas”, Balarezo ha argumentado que es imposible que Guzmán pueda mandar instrucciones a sus socios para que acaben con algún testigo.

“De hecho”, escribió recientemente, “salvo que el gobierno esté sugiriendo que el equipo que trabaja en su defensa podría propagar órdenes de ataque de Guzmán, no hay ninguna forma realista en la que él pueda hacer algo” en contra de los testigos.