Terrorismo tradecraft [1] al estilo 007

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(Traducción de cortesía de Pedro Basaure Forgues).

En varias ocasiones, he anotado las diferencias en el entrenamiento requerido para luchar en un campo de batalla insurgente y para conducir operaciones terroristas en un ámbito hostil lejano a la organización. Recientemente, las mencioné en una conversación que sostuve con mi colega Paul Floyd. En ese video, remarqué que la mayoría de los militantes que viajan a campos de batalla como Siria e Irak, reciben un entrenamiento muy similar al que Paul y yo obtuvimos en el ejército de los Estados Unidos. Los reclutas yihadistas adquieren adecuado entrenamiento, preparación física y se les enseña a manejar armas livianas como los AK-47 [2], granadas de mano y armas antitanque como el RPG-7 [3]. Reciben asimismo, entrenamiento en unidades tácticas pequeñas y posteriormente, otro adicional a medida que luchan en el campo de batalla; sin embargo, estas técnicas y habilidades militares, están lejos de ser muy útiles a quienes se les ha asignado viajar a un país distante para cometer un acto terrorista. Incluso las avanzadas habilidades de infantería que desarrolló Paul como Ranger [4] del Ejército de los EE.UU., no habrían sido por sí mismas, suficientes para permitirle

desempeñarse como un operador terrorista en un ámbito hostil, debido a que en múltiples formas, los requisitos para ser un operador terrorista exitoso -al que nos referiremos como “terrorista tradecraft“- son más semejantes a los de un oficial de inteligencia clandestino que a los de un soldado.

No es coincidencia que durante la Guerra Fría, los operadores terroristas marxistas, fueran entrenados por agencias como la KGB y la STASI[5] de la ex Alemania oriental, en lugar del ejército soviético o el Ejército Nacional del Pueblo.

Los elementos del terrorista tradecraft.

“Tradecraft” es un término del espionaje que se refiere a técnicas y procedimientos utilizados en el terreno durante una operación; implica el uso de cierta finura, debido a que tienden a ser un arte en la misma medida en la que son una ciencia, y como en cualquier otro arte, se pueden enseñar la técnicas mecánicas fundamentales, pero toma tiempo y práctica dominar las habilidades requeridas para convertirse en un operador terrorista efectivo.

Uno de los primeros desafíos del terrorista transnacional, consiste en viajar al país escogido sin ser detectado. En décadas pasadas, dicho viaje fue facilitado por los países comprometidos, a través de la facilitación de pasaportes genuinos o de falsificaciones de excelente calidad.

Los estados anfitriones de Al Qaeda -Hassan al-Turabi en Sudán y el Talibán en Afganistán- no poseían capacidad para falsificar ni para procurarse documentos óptimos y los pasaportes sudaneses y afganos, eran de muy limitada utilidad; por ello, viajar representaba desde el principio, un molesto problema para las operaciones terroristas yihadistas, dirigidas contra el occidente.

La utilización de un pasaporte sueco pobremente alterado, fue evidentemente la causa del arresto del experto en bombas Ahmed Ajaj cuando intentó ingresar a EEUU por el aeropuerto JFK de Nueva York en septiembre de 1992. Los manuales para la fabricación de bombas y otros elementos parecidos hallados en su poder el momento de su detención, pudieron haber condenado al fracaso el atentado contra el Centro Mundial de Comercio (WTC) y conducir al arresto de su compañero de viaje, el también fabricante de bombas Abdel Basit Mahmoud Abel Karim; errores críticos sólo atribuibles a los investigadores norteamericanos, le permitieron fabricar la bomba después de ingresar a los Estados Unidos con un pasaporte iraquí con el seudónimo de Ramzi Yousef. La documentación fraudulenta pobremente elaborada, estuvo asimismo a punto de descarrilar los ataques del 11 de septiembre de 2001.

Con posterioridad al 11/9, las modificaciones hechas a la emisión de visas y a los procedimientos de asilo, presentaron desafíos adicionales a los grupos yihadistas que buscaban enviar operadores terroristas a los Estados Unidos y a Europa. Esta es una de las razones por las que esos grupos utilizaron gente con documentos de viaje auténticos para llevar a cabo ataques en el exterior, como por ejemplo, el casi exitoso caso del bombardero Richard Reid que llevaba explosivos en sus zapatos y del fallido intento de Umar Farouk Abdulmutallab, que lo hacía en su ropa interior.

Una vez que los operadores terroristas están en condiciones de viajar a los países escogidos, deben conducirse de manera clandestina a fin de no atraer la atención de las autoridades. Si se trata de una operación de envergadura que requiere su permanencia en el país/objetivo para obtener recursos, vehículos y casas de seguridad, deben contar con alguna forma de recibir dinero para solventar tales gastos operativos, que obviamente se incrementan si la operación requiere un grupo de individuos; más aún, las comunicaciones con el o los operativos y sus líderes de grupo, deben conducirse de forma segura, incluyendo la comunicación entre los propios miembros de la cédula de una operación múltiple.

Luego de ubicados debidamente, los operadores terroristas o la cédula agresora, deberá hacer las conexiones pertinentes relacionadas al ataque y deberá además, tomar sin llamar la atención de las autoridades, los pasos vinculados al ciclo mismo del ataque terrorista; ello significa que la vigilancia requerida para conducir la selección del objetivo y las fases de la planificación del ataque, deben también ser hechas sin detección.

Para un observador externo, la vigilancia puede parecerle un objetivo simple y sin embargo, se trata de un cometido muy difícil de concluir sin ser detectado; requiere entrenamiento extensivo y mucha práctica que la mayoría de los individuos involucrados en terrorismo, simplemente no tienen tiempo para dominar; por esta causa, despliegan una técnica deplorable, utilizan procedimientos deleznables y generalmente, carecen de finura en su conducción.

La adquisición clandestina de armamento, plantea otro difícil objetivo en el ciclo terrorista. Innumerables complots fueron descubiertos cuando sus planificadores trataron de obtener armas, explosivos o los componentes requeridos para fabricarlos; la gente que reside en una comunidad, podría saber dónde ir o con quién hablar para conseguir armas ilegalmente, pero constituye un gran desafío para un extraño, hacer lo mismo con insuficiente conocimiento local y pocos contactos, que son difíciles de desarrollar sin ser detectado en la obtención de armas o químicos que cuando menos, requieren considerable tacto y discernimiento, además de un sofisticado complejo u organización local.  En el atentado del Centro Mundial de Comercio (WTC) de 1993 y pese a que el bombardero Abel Karim utilizó a un ingeniero de nombre Nidal Ayyad para ordenar los precursores químicos que necesitaba en la fabricación de la bomba, tuvo que construir con desechos, los conductores de sus detonadores y la nitroglicerina para sus energizadores, además de la mezcla de fertilizante de urea, ácido nítrico y nitrato de urea que requería la carga explosiva principal.

Otro ejemplo lo proporciona el bombardero Yu Kikumura del Ejército Rojo japonés, que viajó por una significativa parte del territorio norteamericano, adquiriendo pacientemente los componentes necesarios para construir bombas dentro de extintores de incendio encontrados en su poder al tiempo de su arresto el año 1988 en Nueva Jersey.

Los individuos excepcionales.

Cuando examinamos todos los elementos tradecraft excepcionales para conducir un atentado terrorista espectacular -viajar en tramos internacionales, operar clandestinamente, conducir vigilancia sin ser detectado y adquirir o fabricar bombas- resultan por demás obvias las diferencias con aquellas habilidades adquiridas en el entrenamiento militar, que no pueden obtenerse simplemente leyendo artículos en la Internet puesto que se trata de artes que requieren práctica.

Resulta asimismo fácil darse cuenta que son muy raros los individuos que poseen estas habilidades; los ejemplos del pasado reciente referidos a operadores terroristas transnacionales exitosos -incluyendo a personajes como Ilich Ramirez (también conocido como Carlos el Chacal), Ali Hassan Salameh, Yu Kikumura, Abu Ibrahim y jihadistas como Abel Karim y Khalid Sheikh Mohammed- eran individuos educados que viajaban confortablemente en tramos internacionales y que se mezclaba fácilmente con otra gente también educada. Ramirez Sanchez, Salameh, Kikumura e Ibrahim, recibieron sofisticado entrenamiento en terrorismo tradecraft en agencias de inteligencia ubicadas en campos y lugares como Líbano, Irak y Yemen. Abel Karim y Sheikh Mohammed, lo recibieron en los campos de Al Qaeda en Afganistán.

Pese a que todos los diferentes grupos terroristas yihadistas, poseen sus propios campos de entrenamiento militar básico, la mayoría de ellos, incluyendo Al Qaeda en la Península Arábiga, el Al Qaeda en el Magreb islámico y el propio Estado Islámico, no han demostrado poseer operadores con el tipo de conocimientos sofisticados en el tipo de terrorismo tradecraft que estamos comentando; por lo tanto, no queda claro que estén en condiciones de enseñárselos a los demás; si bien han demostrado habilidad para conducir ataques terroristas y operaciones insurgentes en el ámbito de influencia de sus propias aéreas, tienen dificultades para proyectarlas fuera de ellas.

Dado el número de operadores extranjeros que viajan a reunirse con las organizaciones yihadistas en lugares como Siria y Yemen, es probable que entre ellos, existan elementos sofisticados y bien educados con capacidades para viajar al occidente; lo que queda por verse, es si estas organizaciones, tienen la habilidad de equipar a sus operadores con las destrezas excepcionales tradecraft requeridas para ejecutar complejos ataques terroristas de envergadura.

 

 


[1] Dentro de la comunidad mundial de agencias de inteligencia, el término Tradecraft, se refiere invariablemente a las innumerables técnicas inmersas en la actividad del espionaje. Esto incluye tanto temas generales, como técnicas específicas con las que cuentan los miembros de las organizaciones especializadas de cada nación. La palabra se usó originalmente en 1961 por las organizaciones de inteligencia inglesas y fue popularizada por el escritor John Le Carré en sus novelas para describir a una serie de excepcionales personajes encubiertos, escondidos, clandestinos y ladinos, plenos de oficio y habilidades extraordinarias, incluyendo aquellas referidas al uso experto de micrófonos, cámaras, teléfonos, computadoras y una larga cadena de aparatos electrónicos, que constantemente nos recuerdan al famoso James Bond, el Agente 007. (NT)

[2]El autor se refiere al famoso y versátil fusil de asalto inventado en 1948 por el ruso Mijail Kalashnikov; actualmente fabricado también en la China, es considerado el rifle más usado y popular del mundo. (NT)

[3] Unidad portátil lanza cohetes antitanque también de origen ruso, ampliamente utilizada en ejércitos regulares y grupos armados de toda índole. (NT)

[4] Unidad especial del 75º Regimiento del Ejército de los Estados Unidos, creada en 1941  con sede en el Fort Benning del estado de Georgia; funciona como un grupo militar de elite dentro de las fuerzas de operaciones especiales; famoso por su riguroso entrenamiento y rígidas normas de admisión. (NT)

[5] Las antiguas agencias de inteligencia de las extintas Unión Soviética (URRSS) y de la República Democrática Alemana o Alemania Oriental.(NT)

 

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