Una entrevista imaginaria

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Deseo: Una joven muy linda estudiante de arte visitó a su mentor, el pintor ruso Kolesnikov.  La primera pregunta que le hizo fue:

–   ¿Cuántos años tiene usted maestro?

–   Noventa y cinco, le contestó

–   No le daría tanto, dijo la joven

–   Y si me daría, no sé qué haría con eso, contestó el pintor sonriendo.

Creatividad: Hace años escucho que el cine destruirá al teatro y que la televisión destruiría al cine.  Hoy en día los teatros están más llenos que nunca en su historia. En cuanto a los libros, no creo que un lector apasionado decida ir a la cama con su computadora para leer de la pantalla electrónica una historia y dormirse placenteramente con la máquina sobre su pecho.

Paraguas: No me gustan los paraguas. Son un engaño. Cabeza seca, pies mojados. Ni las lluvias son lo que fueron cuando era niña, en ese entonces mientras llovía caminaba descalza y me gustaba ver el barro chorreando entre los dedos de mis pies.

Absurdo: Estamos acostumbrados a recibir donaciones para las clínicas y hospitales de las manos que han contaminado nuestras tierras y, de esta manera, han provocado enfermedades. Muchas veces los donantes son los mismos que previamente han saqueado nuestras riquezas. Sabemos todos que la mayoría de las donaciones son traficadas y comercializadas por personajes oscuros que se han enriquecido de esta manera hasta lo absurdo. Con frazadas y latas se puede ayudar a corto plazo, mientras tanto nos están robando los tesoros nacionales de manera ilegal, abierta y permanente.

Elite política: Pasean sus ideas sin tener vergüenza así como pasean sus amantes. Han resuelto sus problemas sexuales y gástricos. Han reunido suficiente dinero y bienes inmuebles para asegurar su vejez y no tienen otra cosa para hacer que manipular a sus votantes con sus mentiras, peleas, juegos sucios y engaños de todo color y tamaño desde sus tronos dorados construidos en medio de las campañas políticas.

Punto: Sentido de medida. Muchos ponen punto donde debe estar una coma. Por confundir el lugar de un punto han sucedido guerras y han muerto personas.

Tradición: La tradición no es un Dios que inspira miedo. Es un padre bueno que deja a su hijo hacer lo que sabe y quiere para lograr una sociedad rica de pensadores es necesario ser perseverantes y decididos. De esta manera se forman personas que piensan con su propia mente, siguen sus principios y no temen ser valientes en su soledad y opinión. No dependen del marco de la tradición.

Literatura: Con raras excepciones de algunos dinosaurios sobrevivientes, la palabra escrita a mano es historia.  Escritores modernos utilizan hoy las computadoras, forma que no permite jugar con el dibujo en los márgenes de un manuscrito. Difícilmente puedo imaginar que un nuevo Fiodor Ilich podría, hoy en día, correr a media noche por las calles de la ciudad de San Petersburgo para contarle a su amigo Leonidov que acaba de leer Los Miserables y que la obra es una joya.  Hoy mandaría un e-mail corto: Okey. Acepto la obra.

Poder: La adoración y fascinación por el poder es vieja, grande y un profundo pecado en los pueblos donde la palabra ignorar está enraizada.  Estar cerrado dentro de una corriente política, cultura, nacionalidad; aferrado a una idea o estilo es o se transforma en un estado de ignorancia.  En sentido espiritual, las personas que no tienen las fronteras marcadas ni orientación nacionalista; ser abierto  hacia el mundo es la necesidad natural como lo es el aire que respiran.

Dibujo: William Blake, poeta inglés, hombre místico de profesión artista, llevó a la perfección la unión entre poesía y pintura. Sus grandes grabados y acuarelas parecen recién salidos desde el ser más profundo de la poseía, transformándose en una serie infinita de dibujos para adultos. Con su obra mágica él, mejor que nadie, puede responder la pregunta: ¿Qué es usted, artista o poeta?  La pregunta es tan tonta como lo es esta otra: ¿A quién quiere más, a su mamá o a su papá?

Sin motivo: Sin motivo hablamos, sin motivo escribimos, pintamos, gastamos dinero en comida chatarra, votamos, estudiamos y trabajamos. Sin motivo todo esto. Después de nosotros, de todas maneras, no queda nada.

Estas cosas y algunas otras más diría si alguien me preguntara algo. Menos mal que nadie lo hace.