La voz inspiradora de Evo y Rigoberta

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Líderes y políticos se reúnen en la primera Conferencia Mundial sobre los Pueblos Indígenas. Una cita para avanzar en la aplicación de las convenciones internacionales

En este inmenso panel global de conferencias y reuniones que se celebran estos días en Nueva York en la sede de Naciones Unidas, América Latina juega un destacado papel, pues cerca de 522 diferentes pueblos indígenas habitan allí. Evo Morales, presidente de Bolivia, fue uno de los primeros oradores en la apertura de la Conferencia Mundial Sobre los Pueblos Indígenas. No podía ser de otro modo: el presidente presume de haber reducido la tasa de pobreza del 38% al 18%, en el país con mayor población indígena de América Latina: un 62%. Bolivia representa el país con mejor desarrollo humano, según el último informe, realizado en el 2013, por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

El presidente boliviano destacó el papel protagonista e inspirador que debieran tener los gobiernos del mundo. “Mientras sigamos regidos por banqueros o empresarios, nada va a cambiar”, afirmó en su discurso de apertura. “Tenemos que dirigir las vidas de nuestros ciudadanos ayudándoles, no abusando”. Un poder que denunció, tiene nombres propios, como son las multinacionales en la explotación de las tierras indígenas. Entre el público asistente, unos activistas guatemaltecos observaban desde las gradas de la sala principal. Al enterarse de que hablaban para un periódico español, querían recordar cómo empresas españolas no son ajenas y han arrebatado en diferentes expropiaciones las tierras de los indígenas, sin previo aviso.

La gran sorpresa de la jornada fue la presencia de la Premio Nobel Rigoberta Menchú, quién habló precisamente de ello: de los peligros de esta perdida de la tierra y con ella, de la identidad indígena. “Nuestra población maya tiene una identidad propia y una manera de hacer las cosas. Hay un sistema de enfoque muy diferente entre el sistema de vida ancestral con el actual. Cuando los contratos de entidades privadas se juntan con el Estado tenemos problemas”, dijo refiriéndose a la reciente muerte de ocho indígenas en la construcción de una cementera guatemalteca. “Los problemas existen y es importante que haya una norma para regularlos”, concluyó. Ella recuerda con cariño la primera vez que vino a la ONU con 23 años. Hoy asiste emocionada a esta primera Cumbre e insiste en lanzar un mensaje a los más jóvenes. “Son ellos, nuestras nuevas generaciones quienes tienen que apropiarse de los instrumentos internacionales y utilizarlos a nivel nacional”.

Guatemala es otro de los países latinoamericanos con mayoritaria población indígena. “La cifra oficial dice que somos el 50%, aunque la otra, que es la real, es del 70%”. Quién habla es Luigi Ixcot, guatemalteco y perteneciente a la organización indígena Naleb, para la planificación al desarrollo. Ha desembolsado de su propio bolsillo cerca de 1.500 euros para venir a Nueva York cuatro días y comprobar en persona cuales serán los compromisos de los gobiernos.

Para Rigoberta Menchú la solución pasa porque haya una mayor participación del ciudadano indígena: “Queremos ver una política pública inclusiva. Hay hoy condiciones para eso. El sistema de Naciones Unidas nos está dando herramientas”. Construir una nueva relación entre los Estados y los Pueblos Indígenas, un nuevo diálogo. “Yo soy una guía espiritual y veo la situación en varias dimensiones” concluyó Menchú. “Hemos perdido salud espiritual, material y social. En nuestras manos está recuperarla. Nosotros podemos aportar mucho en esta materia”.