La reserva del Tipnis el cuadro ideal para un sobrevuelo

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Tuto Quiroga y Carlos Mesa, llegaron a lo más alto del poder político, esto es, acabaron pisando el despacho presidencial con el bastón de mando después de dos hechos inusuales en el ejercicio de sus antecesores. Mesa acabó derrapando salvas de gran entusiasta en Octubre de 2002 pocos días antes de la caída definitiva de su socio y aliado político, Gonzalo Sánchez de Lozada. Cargo con la pegatina en la frente hasta hace poco cuando por sus dotes comunicantes aceptó el reto de convertirse en el portavoz de la causa marítima. Hasta ahí puntos a favor y debilidades que se las puede apuntar a su oportunismo. Más aun, alguien me recuerda sus primeras palabras cuando ya como presidente por sucesión ante la huida de Goni dijo ante las masas revoltosas “ni olvido ni perdón”. Luego se aplicaron por extensión los torniquetes a su administración y acabó renunciando al menos tres veces ante la presión popular. Entregó al mando al presidente de la Corte Suprema de Justicia, considerado un duro golpe a los partidos tradicionales a los que por orden constitucional les tocaba gobernar el país. Ese es el estilo de Carlos Mesa.

Tuto Quiroga es menos drástico pero contorsionista de derecha en sus momentos de mayor auge. Fue quien tuvo en sus manos la llave para vender gas a Chile en la aspiración de ampliar los horizontes de nuestra frontera gasífera. No mereció reparo alguno al momento de llegar a la presidencia, rompió con el ala más tradicional de su partido, lo que no se le perdona y definió una nueva ADN sin línea, ni proyección. Fue en los hechos quien le entregó llave en mano la reproducción del poder a Evo Morales, cuando su bancada mayoritaria en el Senado aprobó le revocatorio que sepultó las aspiraciones de la política tradicional.

Ambos aceptaron impulsados por los vientos que soplan desde el Tipnis una “invitación” de Evo a viajar a la reserva que pronto será una carretera enclavada en la Amazonia, llevando y trayendo mercancías de toda clase. De invitaciones, al menos Mesa sabe que las palabras del presidente soplan como el viento. Los dos expresidentes acabaron vestidos de safari para viajar a la reserva y perdieron la gran oportunidad de sumarse a la nueva era que inaugura el MAS en la rserva ecológica, quizá Evo los convencía para articular desde allí mensajes subliminales contra la derecha, pero como no le importa que sean sus aliados, prefirió atender a las organizaciones sociales y desmentir la supuesta invitación.