Mañana Apple mata al móvil

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“¡Pero si es como mi Android!”, “Mi phablet hace muchas más cosas”, “¿Qué aporta de nuevo?” Vayan preparando las orejas al argumentario de críticas que serán vertidas por medios y usuarios cuando el maestro de ceremonias del momento (no sabemos si Tim Cook o uno de sus lugartenientes) salgan al escenario con el iPhone 6, el previsible primer phablet de la compañía. Y sí, todos esas críticas tendrán su razón de ser pero también les auguro unas ventas de escándalo del producto.

El iPhone 6 podría convertirse en una de las iteraciones del móvil más vendidas de la historia, y realmente, sin aportar nada que pueda definirse como nuevo en el mercado. Parece increíble que a estas alturas de la película rivales y críticos no se hayan enterado del origen del éxito de Apple con sus productos y sigan insistiendo en una guerra que parece ya perdida. La firma de Cupertino la va a volver a liar, y podemos afirmar que mañana martes, Apple acabará con el móvil convencional y establecerá el phablet como formato estándar en el mercado.

Como el puesto de trileros con los cubiletes -¿dónde está la bolita?-, la firma de la manzana sigue moviendo las manos a velocidades de vértigo y sus rivales siguen picando levantando con decisión cada cubilete. “¡Aquí!”, pero no, la bola de marras nunca aparece porque en realidad no existe. Apple se nutre fundamentalmente de la incomprensión de sus rivales. Y la historia se repite.

Salvo sorpresas de última hora, mañana descubriremos el primer iPhone de gran tamaño que se situará en el mercado de los phablets. Sí, Apple llega tarde. Sí, Samsung lleva ya varios modelos de ventaja en este segmento y otros fabricantes lo mismo, pero la firma de Tim Cook llega con la sorpresa bajo el brazo. Una sorpresa tan conocida que parece increíble que siga resultando efectiva: el fabricante presentará un producto integrado y explicará a la perfección por qué es mejor un phablet que un móvil convencional. El nuevo iPhone será integrado de una forma armoniosa en la gama y les auguro que se va a vender como churros, hasta el punto en el que el fabricante, como ha sucedido en otras ocasiones, logrará que este tamaño de pantalla sea un estándar en la industria.

Adiós al móvil convencional

El mérito es sin duda de Samsung, que con el Galaxy Note arriesgó y despejó el camino para que el resto de fabricantes descubrieran que al usuario le encanta tener un móvil de tamaño desmedido en su bolsillo. Y también es cierto que este mercado se ha ido consolidando con el tiempo arrastrando al resto de las marcas hacia este formato de dispositivo.

Pero no será hasta que Apple presente su equipo cuando el phablet se convierta en un formato normalizado y asumido por los compradores. El propio Steve Jobs no ha tenido nunca empacho en reconocer que ha copiado a sus rivales, y aun y todo escucharemos a Schiller o Cook explicar que el nuevo formato de pantalla es el mejor por esto y lo otro, como quien descubre el fuego por primera vez. Apple consigue como nadie presentar su actuación como la de la banda más esperada, y dejar al resto como los teloneros, pese a que estos últimos hayan tocado antes la misma pieza. Y lo peor del asunto, es que sus rivales siguen sin terminar de entender lo que ha sucedido y levantando los cubiletes con frustración.

La pasada semana Samsung presentó un Galaxy Note espectacular. Se trata de un phablet con un nivel de innovación que corta el hipo. La pantalla torcida es un brindis a lo imposible en lo que a desarrollo de producto se refiere, pero… ¿es esto realmente lo que mueve masas en el mercado? Una vez más la historia se repetirá: el equipo será un producto de nicho, con unas buenas ventas, pero sin duda lejos de las necesarias expectativas de la casa.

Apple, sin embargo, sabe ofrecer al mercado (y no sólo a su público) el producto que necesita, incluso adelantándose al usuario creando la necesidad: el iPhone 6 será un phablet sólido, que llegará al mercado con una ingente cantidad de aplicaciones y perfectamente integrado en todo el ecosistema iOS. Tendrá accesorios a patadas y su propietario verá que puede funcionar de una forma armonizada con el portátil, iPad o sobremesa. El usuario comprenderá enseguida las ventajas de una pantalla de mayores dimensiones y pronto lo veremos en miles de manos en las calles. Si a esta simplificación del mensaje sumamos el halo cool de la marca y las pasiones que levanta, comprenderemos de una vez por todas que no hay bolita. Y que los cubiletes son un fuego de artificio.

El 9-S será el día en el que Apple mató al móvil convencional.

 

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