Facebook y Twitter son para carcas: lo último es Medium

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“Sinceramente, nunca he entendido para qué sirve Twitter”, lo dice Andrew Watts, un adolescente anónimo que se ha lanzado a redactar la particular visión de las redes sociales que tienen los más jóvenes, que son precisamente quienes representan el presente y futuro de las mismas. Atención, porque tenemos malas noticias: según este sector de la población, estas redes “están muertas”.

La perspectiva de los más jóvenes deja patente que algunas redes sociales que hoy consideramos como elementales tienen los días contados. No quiere decir que vayan a desaparecer, sino que irán perdiendo fuelle hasta que su funcionalidad quede reducida a la mínima expresión. Y nada puede ser más doloroso para una red social que dejar de ser influyente.

En este reparto de tortas se libran únicamente Snapchat, Instagram, y un valor en alza que tiene todos los boletos para triunfar en el futuro: Medium. Un producto de los creadores de Twitter.

Este descarnado repaso a las redes sociales es, mientras escribimos estas líneas, el artículo más leído en Medium, y pone en evidencia una realidad paralela a la que parece que vivimos ajenos. Lo realmente gracioso del asunto es la contundencia con la que este estudiante de 19 años vapulea lo que, para los que tenemos bastantes más años, es una realidad cotidiana.

Las únicas redes que han salido indemnes de la criba, anteriormente mencionadas, se libran por unos motivos que deberían hacer reflexionar a Zuck y compañía. Watts habla de la “presión” que los usuarios padecen en Facebook al ser escrutados tanto por el algoritmo como por contar con un número elevado de seguidores, mientras que de Twitter critica abiertamente la inutilidad de esta red social “en la que te sigue un grupo de gente que no conoces”, y donde tus mensajes pueden ser analizados por las empresas a las que te presentas como candidato.

Medium, el valor en alza

Al final, tanto Twitter como Facebook viven, salvando las distancias, la misma crisis que ha padecido la televisión, en la que una generación se conformó con tragar cualquier emisión sin rechistar, mientras que la siguiente ahora sólo acepta contenido bajo demanda. Instagram y Snapchat serían un buen ejemplo de lo segundo: uno sigue a las personas que realmente le interesan, y no hay algoritmos que trampeen los resultados ni un escrutinio del contenido (al menos por el momento) para un posterior bombardeo publicitario.

Llegados a este punto, el producto que realmente interesa en este momento es Medium, un curioso servicio a caballo entre los blogs y las redes sociales creado por Biz Stone y Evan Williams, fundadores de Twitter.

¿Por qué Medium? El propio Williams ha descrito su exitoso producto como una segunda etapa en la evolución de su red social: “Twitter está muy bien para estar informado al minuto de lo que sucede en el mundo”, explica, “pero una vez que tienes esa información, deseas ampliarla o incluso opinar”. Y es aquí donde entra Medium.

Un fondo blanco y un diseño limpio es todo lo que han necesitado para que esta criatura se haya convertido ya en una poderosa fuente de información. Y de calidad. Medium aprovecha hábilmente el efecto difusor de las redes sociales (de hecho, la única manera de registrarse es mediante una cuenta de Twitter o Facebook), y ordena los artículos por el número de lectores.

El gran valor de Medium es el debate que surge en torno al contenido: uno puede comentar en párrafos sueltos y al final del texto, pero siempre dando la cara con la cuenta de registro. Lo que se obtiene al final es un medio de difusión libre y de gran calidad, muy al estilo de lo que podemos encontrar con Quora.

Sería fácil pensar que una plataforma con contenido de calidad, trabajado y que alimenta el debate, sería un terreno de poco interés para los adolescentes. Pero no es así. Watts elogia la capacidad de Medium para recomendar artículos y cuyo único reto será darse a conocer al grueso de los de su edad, algo que no tardará en suceder. Recuerden: Medium.